El fundamento del onus probandi radica en un viejo aforismo de derecho que expresa que «lo normal se entiende que está probado, lo anormal se prueba». Por tanto, quien invoca algo que rompe el estado de normalidad, debe probarlo («affirmanti incumbit probatio»: “a quien afirma, incumbe la prueba”). Básicamente, lo que se quiere decir con este aforismo es que la carga o el trabajo de probar un enunciado debe recaer en aquel que rompe el estado de normalidad (el que afirma poseer una nueva verdad sobre un tema). Nota: definición extraída de wikipedia.

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Como soy el que plantea la ruptura del estado de normalidad, entendiendo que nosotros los diseñadores buscamos un Cliente y no al revés, no me queda más que comenzar a establecer los puntos que entiendo marcan una nueva verdad en nuestra relación comercial.

Milton Glaser, tiene una hermosa y reveladora definición al decir que “Sólo puedes trabajar para gente que te agrade”.

Debo aclarar que entiendo a esta afirmación con el debido respeto de uso y aplicación según las circunstancias particulares de cada uno.

¿Qué sería entonces lo que entendemos por normal?
Vayamos entonces a un esquema simple y aséptico de la relación. Un cliente es un comerciante chico / mediano, un profesional, una pyme, una empresa nacional o internacional, un ente del estado o institución que recurre en busca de los servicios que un estudio de diseño gráfico puede dar, cosa que generará en nosotros el medio de desarrollo profesional.

Plantear que ofrece un estudio de diseño, nos será también de mucha utilidad al momento de establecer qué sería el estado de normalidad.

Definamos estudio de diseño gráfico
Según wikipedia, un estudio de diseño gráfico tiene la capacidad de llevar adelante necesidades de comunicación y su tarea consiste en concebir, programar, proyectar y realizar comunicaciones visuales, producidas en general por medios industriales destinadas a transmitir mensajes específicos a grupos sociales, con objetivos claros y determinados. Esta actividad posibilita comunicar gráficamente ideas, hechos y valores procesados y sintetizados en términos de forma y comunicación, factores sociales, culturales, económicos, estéticos y tecnológicos.

Con nuestras definiciones planteadas entendemos que el Cliente acudiría a este servicio en busca de una comunicación efectiva con sus clientes o comitente cerrando todo lo planteado en una transacción simple y dinámica.

Vayamos al onus probando
El presente es la mejor de las verdades que tengo para poder comenzar a delinear mi estrategia y mi acción de diseño me faculta a hablar desde el adentro, con el ruido, olor y dolor que la contienda ofrece.

Abro paréntesis, a esta altura me cansé de gurús de congreso que le dicen a la platea joven como deben ser y hacerse las cosas a partir de un relato construido, repetido al pie de la letra muy por fuera de la escala y realidad. Está de más decir que esto se dice y hace desde un elegante escritorio con todos los gastos pagos. Cierro el paréntesis.

En el estudio, ya nos hemos mirado varias veces preguntándonos que se debe o debemos hacer ante ciertas situaciones y pedidos, para ilustrar alguna de las terribles simplezas diarias a las que estamos sometidos, podríamos expresar la solicitud de nuevas pruebas a las ya hechas en Helvética Neue por otras con variantes de FONT (el cliente maneja terminología técnica) como Arial o Colibrí. No es un error, nos piden Colibrí porque entienden que CALIBRI debe ser una aberración del sistema o una mala traducción a nuestro idioma.

También me deleito con los pedidos de profesionales in-house donde el gerente de recursos humanos recibe el requerimiento de buscar un Diseñador Gráfico para incorporar a la plantilla y ahí sale a la carga el rosario de nombres de software más el infaltable pedido de actitud proactiva determinando que el mundo vive en una abulia crónica y que el ordenador es la llave a todos los deseos.

Nuestro Cliente no sabe, no entiende y desconoce bien que hacemos. Nosotros debemos reconocer que tampoco lo expresamos bien de manera corporativa y en eso debemos trabajar mucho. Entiendo que acá, las asociaciones tienen el principal punto de desarrollo de su trabajo. El mirar más para afuera que para adentro y como he expresado ya varias veces, no se aprende a cazar en el zoológico sino fuera de él.

¿Quién debería ser nuestra competencia?
Si me solicitan que describa a mi competencia o quién es el que amenazaría la pérdida de un cliente, seguro, no pondría a otro estudio. No pondría a otro profesional. Raro, o al menos curioso que esto sea así.

Lo normal sería poner “la amenaza” en algo que ofrece lo mismo que nosotros, pero la competencia está hoy en el Power Point, el Pinterest, el iPad, las mágicas app´s, los empleados o directivos con necesidades expresivas insatisfechas, el hágalo usted mismo o la baja o nula valoración remunerativa por el hacer. También deberíamos agregar el “veamos si lo podemos resolver nosotros con el recurso interno” son algunas de los factores por los que hoy se pierde terreno y relación comercial con nuestros clientes.

Cuando expreso de manera enfática que nuestra profesión está extinta, lo hago desde la relación de anormalidad y a las pruebas me remito. Cuando uno adquiere el estatus de proveedor con una empresa se entiende que se ha abierto la puerta a la confianza, pero preguntar a cada trabajo a realizar cuánto me vas a cobrar es dejar en claro que no existe tal confianza o no hay razones por las que se desmerece o no se considera el VALOR a adquirir en diseño. Por otra parte también se recibe luego la implacable estocada final cuando se halaga lo bien que uno lo hace frente a lo que ellos podrían lograr.

Como explicar sin caer en la confusión o en el enojo que esa es nuestra tarea, que nuestra misión es hacer Diseño, que a eso nos dedicamos y que de eso nos sustentamos.

El cliente hoy compra medios, compra imprenta, compra fotografías, compra ilustraciones, compra y compra muchas piezas sueltas de un rompecabezas que pretende juntar en algo sumamente lejano a su realidad comunicacional.

Del espacio que queda se entiende que la tarea es compleja por demás y en este sentido creo, vamos poniendo un poco en palabras lo que se expresa en la red de vasta manera y de forma explícita.

Un sano camino
Entiendo que hablar sin mentirnos, asumiendo la más dura de las verdades, es la mejor manera de afrontar y transitar la solución al problema si lo hay.
Yo defino que un diseñador o un estudio necesita una oportunidad para poder demostrar su trabajo, hoy estas oportunidades se están dando de a cuenta gotas, los jóvenes no tienen ni encuentran el espacio de manera tan natural y los consolidados vemos amenazado nuestro desarrollo comercial, algo que va muy por fuera del acto profesional pero que en definitiva hace a la razón del ser en esto que llamamos hacer diseño gráfico.

Ahora bien Señores de tan honorable panel, necesitamos volver a un estado de normalidad.
Necesitamos oportunidades y la revalorización de la labor.
Nos sobran ganas y capacidad para afrontar la misión.
Solo bregamos por un Cliente que nos convoque a trabajar su comunicación, a ser su referencia en la materia o de lo contrario como dice la canción de Memphis La Blusera, “Sin vos no soy ni seré más que un montón de nada”.

Que sea justicia.