El funcionalismo es un estilo arquitectónico que tiene como principal precepto no añadir elementos decorativos innecesarios, sin que ello implique que las piezas construidas no puedan poseer belleza ni valor estético.

Cada elemento que se integra a la estructura de una construcción tiene un por qué y responde a necesidades físicas, de resistencia o de soporte al medio ambiente muy específicas, por eso los muros llanos y la geometría sobria forman parte de este tipo de edificaciones.

Este estilo tuvo gran impulso durante la primera mitad del siglo XX, surgió en Chicago, una de las urbes ejemplares en el desarrollo de la arquitectura contemporánea en el mundo y su influencia se ha visto marcada por las construcciones que se han desarrollado en todas partes.

No resulta extraño descubrir que el funcionalismo llegó para quedarse a lo largo y ancho del mundo, su economía visual, su sencillez y el hecho de abatir costos financieros para su construcción lo convierten en un estilo adecuado para las obras públicas a cargo de los gobiernos y marcan un estilo de orden visual muy poderoso.

A continuación se muestran diferentes ejemplos de proyectos contemporáneos que reflejan la influencia de la arquitectura funcionalista. Empápate de sus formas y comprende mejor el por qué un estilo como este ha logrado tanto éxito al paso de las décadas.

The Other Synagogue | Pre-diploma Thesis, por Eva Strocholcova

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Mies van der Rohe – Villa Tugendhat, por Bauhaus Movement

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Pannon Falap-Lemez Head Office Biatorbágy, Hungary, por Ferdinand and Ferdinan

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VAN NELLE FACTORY, por Andres Sánchez

 

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