El próximo martes son las elecciones en Estados Unidos, que más bien parecen elecciones globales porque nos hace sentir que está en juego la estabilidad mundial y un nuevo orden económico, especialmente si gana Donald Trump.

No es de extrañar que durante los debates una de las búsquedas más frecuentes por nos lo norteamericanos eran los requisitos para irse a vivir a Canadá. Quizá los segundos más afectados somos los mexicanos, separados por un río en casi toda la frontera, nuestra relación de amor-odio va más allá a poner en riesgo nuestra estabilidad económica y social; basta ver el comportamiento de la paridad peso-dólar para darse cuenta de ello, un estornudo de cualquiera de los candidatos basta para que el dólar se cotice más alto.

Conforme se acerca la fecha las distancias se acortan y la ventaja que en su momento tuvo Hillary va desapareciendo; nosotros, incrédulos, comenzamos a hacer cuentas y a pensar estrategias en el caso que el republicano se adueñe de la Casa Blanca.

Es justo decir que esta columna no es política, pero resulta imposible alejarse de esta realidad que nos ha impactado de una forma por demás irrenunciable. Los diseñadores, como una gran cantidad de profesiones, nos hemos visto afectados enormemente por esta inestabilidad económica. Hoy una suscripción a Adobe ha subido casi 30%, las computadoras, el papel, otros programas especializados así como equipo de trabajo también se han elevado en costo y lamentablemente, como en todo ajuste monetario, seguimos cobrando lo mismo.

Mientras esto parece ser tan solo la antesala de una crisis que las nuevas generaciones no han vivido —quienes vivimos el «error de diciembre» en 1995 podemos darnos una idea de lo que se siente—, dan ganas de sentarse a llorar. Sin embargo, comenzamos a comportarnos como si el hecho de que ganara Trump implicara que nos vamos a quedar sin trabajo y que todos moriremos de hambre o perseguidos en los próximos años.

Suponiendo que ganara Trump, sabemos que hay cosas verdaderamente imposibles, aquí solo algunas de ellas:

• Su famoso muro sería un desastre financiero para los Estados Unidos, México difícilmente pagaría por él y aunque accediera, ningún político se aventaría el costo político de exigirlo por la fuerza.

• No sería viable deportar a todos los ilegales, la economía del Norte no tendría forma de reponer esa fuerza de trabajo. De entrada es bien cierto que un norteamericano blanco no estaría dispuesto a servir mesas en un restaurante y mucho menos a arar la tierra.

• Sus promesas de campaña son en gran medida aplicables solo bajo un estado dictatorial, EUA tiene un congreso e instituciones que sí funcionan y que difícilmente se alinearían a una gran parte de sus promesas de campaña, como regresar las maquiladoras, armadoras y fábricas a su país. El orden social impuesto por ese país lo hace imposible. ¿Estarían los ciudadanos estadunidenses dispuestos a aceptar los mismos sueldos que en otros países donde el nivel de vida es más barato?

Aun así, las afectaciones nos inminentes, pero quienes vivimos este proceso desde fuera debemos actuar como si en realidad fuera a ocurrir un desastre, y afortunadamente una noticia que quizá no estamos tomando en cuenta: aún tenemos dos manos, una mente creativa y una educación (tan siquiera la mayoría) que nos permitiría salir avante de esa situación y mejor aun, sacarle el mejor provecho, en caso que las cosas se pongan difíciles. A continuación, unas ideas que si bien aplican a la mayoría de la gente, están pensadas para la industria creativa:

LAS MEJORES OPORTUNIDADES ESTÁN EN LA DESESTABILIZACIÓN

Bien lo dice el dicho: «a río revuelto, ganancia de pescadores». Podemos aprovechar la incertidumbre para iniciar nuevos negocios, encontrar nuevos nichos de mercado y reinventar las formas de trabajo. Echar un vistazo a nuestros procesos nos permitiría encontrar un nuevo orden para hacer las cosas. Quizá hemos estado haciendo cosas sin importancia en las que estarían las verdaderas posibilidades de expansión. Pongamos como ejemplo un ilustrador, que podría aprovechar el tipo de cambio adverso para promocionarse en editoriales y nichos de mercado que comúnmente recurren a extranjeros.

INVASIÓN MEXICANA

El tipo de cambio también podría provocar que extranjeros busquen talento más accesible afuera de sus fronteras: en Venezuela, por poner un ejemplo, muchos programadores han volteado a ver a Brasil y América del Sur. El tipo de cambio les beneficia tanto que buscar opciones de trabajo vía remota les ayuda a cobrar mejor y a los de fuera, les beneficia tener costos más competitivos. El diseño se puede beneficiar enormemente de ello, tenemos la ventaja que un buen porcentaje de las cosas que hacemos pueden ejecutarse vía remota.

Una victoria de Trump provocaría una crisis primeramente en su país antes que en el nuestro. Ahí hay oportunidad.

VOLTEAR A LO NACIONAL

Es un buen momento de regresar a proveedores nacionales y al mismo tiempo, promocionar la mano de obra e industria nacional. Si tienes un negocio en México sería un excelente momento para convencer a la población local. Siempre he dicho que uno tiene el derecho a comprar donde la plazca, nuestra obligación no es convencer de comprar lo nacional por el solo hecho de estar producido en México, sino de hacer cosas con la misma calidad para que elijan lo nuestro. Nuestro país siempre se ha caracterizado por ser malinchista en exceso, pero la economía podría forzarnos a buscar otras opciones, de nosotros depende convencer a los connacionales en cuanto a calidad y profesionalismo de nuestro trabajo.

Esto no aplica solo si tienes un negocio, sino especialmente en el ámbito de los servicios. Somos profesionistas y sabemos cómo hacer negocios, podríamos comenzar deshaciéndonos de todos los vicios que como mexicanos tenemos y que nos han afectado incluso entre nosotros: informalidad: hacer contratos, pedir adelantos; constancia: respeto a fechas de entrega, cero excusas; seriedad: no buscar dar gato por liebre; profesionalismo: ser puntuales, seguir los procesos aceptables en cualquier cadena laboral; honestidad y ética: quizá lo que más nos ha afectados hacia otros y entre nosotros mismos.

Finalmente, nos daremos cuenta que estos consejos siguen siendo perfectamente aplicables y que podemos llevarlos a cabo si gana Trump, incluso aunque gane Hillary, incluso aunque no haya elecciones.

Design Lifer
Diseñador gráfico con maestría en diseño editorial por la Universidad Anáhuac y con cursos de Publishing en Stanford. Actualmente dirige MBA Estudio de Diseño, dedicado al diseño editorial, identidad y publicitario, además de realizar scounting y contratación de talento de diseño para diferentes empresas. Es profesor en la Universidad Anáhuac y la UVM. Le gusta la caligrafía, tipografía, la música y la tecnología.