Uno de los más importantes ejemplos del estilo art déco que sobreviven en la Ciudad de México, el Frontón México, será reabierto después de unas dos décadas cerrado y de una las correspondientes obras de remozamiento que buscan regresarle su esplendor.
Los vértices, pliegues y cortes geométricos, tan característicos del estilo art déco que llegó como influencia europea a la arquitectura mexicana de las décadas de 1920 y 1930 se pueden adivinar con gran facilidad en la imponente fachada de este edificio enclavado en la Plaza de la República, frente a otra construcción que adquirió esta tendencia: el Monumento a la Revolución.
El Frontón México fue inaugurado en el año de 1929 y desde entonces funcionó como un espacio para encuentros de frontón y jai alai, lo cual atrajo de inmediato la atención y la concurrencia de un exclusivo público hasta este espacio.
Además de poseer lo último en tendencias de arquitectura, llamó de inmediato la naturaleza de la obra, con sus altísimos muros, necesarios para el desarrollo de las justas deportivas, y lo ancho del edificio.
Durante décadas, el Frontón México funcionó sin contratiempos hasta que, en 1996 cerró sus puertas por un adeudo millonario del concesionario con el propietario del inmueble, a lo que siguió una huelga que duró varios años.
Hacia 2015 fue que los propietarios del Frontón México decidieron dotarlo con un nuevo esplendor con una remodelación que requirió de una inversión superior a los 50 millones de pesos.
Finalmente, tras casi dos años de obras, en este día abrirá de nuevo sus puertas este exquisito ejemplo del art déco, un estilo que en México vivió un gran auge en zonas como la colonia Tabacalera, que es donde se encuentra este tradicional edificio que le ha dado identidad a la Ciudad de México.
Para la nueva imagen de la edificación se optó por un rojo ocre que se aprecia prácticamente desde cualquier punto de la -también recientemente remozada- Plaza de la República. Se prevé una segunda etapa la construcción de un casino, un restaurante y un hotel.
