Me gusta desplazar mis pensamientos en lugares donde me puedo y quiero sentir a gusto. Me encanta analizar a las personas; sus comportamientos, gestos, lenguaje corporal, miradas. En este caso en todo el lugar dominan las mujeres pues no sé el por qué en este preciso café las veces que he venido más o menos a la misma hora soy el único hombre. Bueno y el mesero, pero me refiero como cliente. Eso me asusta, me siento fuera de contexto. Curioso también, ya que entre mesa y mesa las chicas se levantan y se saludan entre ellas.

Notas relacionadas
Sabor a Vanguardia
La primera


Es como si fuera un club social con membresía, la cual solamente ellas pueden entrar y platicar sobre sus vidas matrimoniales; trabajos, hijos, ropa, amantes, negocios. Pero heme aquí. Nadie me ha invitado; sin embargo me pongo a analizar a las comensales y sus respectivos tonos de voz ¿serán fresas, hipsters, hippies? ¿Quién tendrá más problemas que el resto? ¿Quién será la mujer alpha? Su manera de vestir lo dice todo. Trato de leer los labios, pero ni siquiera se leer mi lengua nativa, menos los labios. Es más ¿se leen de izquierda a derecha con el simple hecho de estar en el occidente? También me encanta especular su manera de vestir y el por qué de esa blusa, pantalón, o falda. Me imagino la siguiente conversación:

-Wow, que lindoooooo, ¿Dónde te lo compraste? Te ves súper delgada

-Ay gracias, que linda, pues no te digo porque es secreto

-Pues te ves súper, súper bien

-Gracias, tu también te ves increíble (Ay ajaaaaaaaa)

Ellas tienen algo que las hace regresar cada día a este café ¿Qué no tienen cafetera en su casa? O ¿Les hace falta galletas? ¿Les dio flojera hacerse una ensalada? Estamos a 35 centígrados. ¿Qué las hace subirse al carro con un bochorno impresionante y gastar en gasolina? ¡Yá sé! les cortaron la luz por pagar de más y por eso están aquí, pero esperen…¿Todos los días? ¡Pffffff!

Para responder todas estás preguntas me quité la etiqueta de conocedor de publicidad. Mejor le pregunté al mesero que amablemente me atiende y me ha traído un suculento café latte a las rocas. Disculpa, ¿Me puedes responder unas preguntas?

–le pregunté.- Claro, pero estoy muy ocupado ¿Quieres que le hable a la dueña? –me responde.- Con mi sorpresiva y nerviosa voz le menciono que sí. Resulta que la dueña estaba haciendo un capuccino, pero ¿Qué no ella debe de estar en su alberca tomando un Old Fashioned o un Manhattan, o bueno, quizá un Bloody Mary o más sencillo y carismático, una cerveza artesanal? o quizá viajando por el país, yá que casi es fin de semana.

Estimadas/os lectoras/es me encuentro aquí porque me siento plenamente concentrado cuando quiero escribir. Mi tema a desarrollar es el Valor de Marca. No necesito mencionar más que lo siguiente con las mismas palabras de la dueña, quien ha preferido estar cuidando de su marca en vez de estar disfrutando de las frías y cloradas aguas de su alberca o incluso estar de shopping en la plaza comercial del momento.

Sin que la dueña supiera lo importante que es el Valor de Marca me responde que su empresa se manifiesta por lo siguiente: atención personalizada y reconocimiento a los clientes, marca 100% local, productos frescos y horneados al momento, es decir homemade. Servicio al cliente, programa de lealtad personalizada, ambiente perfecto como para sentirse en casa. Algo que las franquicias o cadenas no tienen y es todo un proceso burocrático para que internamente puedan llegar a tomar una decisión. Eso es gracias a ti, por tu mentalidad mediocre de poco espacio en tu Top Of Mind. Sigue comiendo productos procesados, congelados, que lo único para la franquicia les interesa su utilidad neta y no un trato netamente personalizado.

Justamente esas y más son las razones, por las cuales estás chicas y su servidor nos encontramos aquí. ¿Qué más podemos necesitar? Justamente eso es Valor de Marca. Los clientes le han dado mucha utilidad, incluso más de lo que usted esperaba –le comenté.- Me interrumpe en el momento que le iba a preguntar algo básico para su marca: “¿De qué manera le va a agradecer a todos sus consumidores su incondicional lealtad?”

Sorpresivamente me responde que con la ayuda de un software va a identificar a cada cliente que ingrese. Sí. Te va a saludar con tu nombre y va a ver tu historial de compra para hacerte la siguiente pregunta: “¿Quieres tomar y comer lo mismo de siempre o quieres probar algo nuevo?”

Me parece increíble que eso se pueda desarrollar dentro de un negocio local por muy pequeño, mediano o grande que sea. Es el reflejo que el capital social (nosotros los consumidores) tengamos voz y voto. Nos identificamos con la marca una vez que la marca se identifique con nosotros. Ustedes me dirán ¿Cómo creen que se encuentra el capital económico de esta marca, con algún déficit?

La dueña de la marca levanta el teléfono y hace una llamada: “voy para allá a hacer comida.” Ahora te pregunto: ¿Qué diantres vas a hacer al respecto para construir tu marca y generar Brand Equity?

Karl Reich
Fui concebido en 1981, nacido a principios de 1982. Soy de una generación que al nacer no existía el internet, pero si Siempre en Domingo. No era bizarro pedir ‘aventón’ y eso que soy de Chihuahua. Me apasiona el arte de aprender y desaprender paradigmas y romperlas. Busco inspiración en lo sensible de la naturaleza y lo sorprendente de lograr lo imposible en posible. Soy fan de la flexibilidad de la adaptación en mi vocación y persona. Adoro el buscar un espacio y en cualquier oportunidad colocar sobre la espalda una mochila e irme para buscar esa inspiración.