El trabajo de Dillon Boy (James Dillon Wright) surgió entre una mezcla del arte de la calle y el graffiti clandestino, es la combinación de la cultura pop, las marcas, la publicidad, y quizás lo más importante, la capacidad de tomar estas fuentes más allá para lo que estaban destinados.
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Esta evolución (o devolución) es evidente en su serie DirtyLand, donde el artista toma los iconos siempre populares de la infancia de las princesas de Disney y elimina su contexto, y ropa para refrescar su imagen rosa a una más abierta y poco privada.
En las obras de este artista se puede notar un contraste entre los fondos goteados de spray, fondos de revistas, collages y garabatos de graffiti dentro de los cuerpos desnudos de cada princesa, cobijando estas representaciones de la alta sociedad y los barrios del arte urbano, para poner en la mira las ideas de falsificación comercial entre la perfección y la inocencia.
Sobre esta su serie de ilustraciones XXX, Dillon comenta que: “La mayoría de mi audiencia eran niños cuando estas princesas gobernaban su mundo, por lo que ahora que están todos son adultos (y sexualmente activos) están listos para colgar pinturas de chicas desnudas de Disney sobre las paredes, creo que es mi trabajo como artista para cuestionar las mismas cosas a mi alrededor y romper continuamente por las formas tradicionales y más convencionales de hacer arte. Es mi intención de subir o bajar las cejas de una manera u otra”.
Esta reapropiación de iconos de la cultura pop no es nada nuevo, pero parece estar sucediendo a un ritmo cada vez mayor, lo que indica que los artistas permanecen relevantes para muchas audiencias constantemente cuestionando lo que colectivamente visitan o ven a diario.
Para ver la serie completa o para comprar copias de las ilustraciones, echa un vistazo a la tienda online de Dillon Boy.
