Los formatos de impresión son un dolor de cabeza para muchos diseñadores. Aunque el formato JPEG o JPG es el más utilizado, no siempre es la mejor opción. La elección del formato depende en gran medida de en dónde será utilizada la impresión, pues el tamaño es un factor ligado a la calidad de la imagen.

En este sentido, existen dos tipos de compresión para imágenes: Lossless, sin pérdida de información o LZW y Lossy, con pérdida de información o JPEG. El formato JPEG es un algoritmo diseñado para comprimir imágenes con 24 bits de profundidad o en escala de grises. Cada vez que una imagen es guardada en este formato, pierde calidad. kioskea.net recomienda hacer todas las modificaciones de la imagen en formato TIFF y sólo hasta el final guardarlo en JPEG para no alterar la calidad.

Un pro de este formato es que es liviano y permite trabajar con imágenes grandes, además está estandarizado, por lo que se puede abrir en cualquier dispositivo y no genera problemas de compatibilidad. Sin embargo, no es el formato más adecuado cuando se trata de impresión.

groppeimprenta.com recomienda que cuando utilices formato JPEG para imágenes en tus diseños, debes guardarlas en la más alta resolución y menos compresión siempre y cuando ya no hagas modificaciones ni edites la imagen.

Para Manuel Tamayo Haya tanto para diseño, como para preimpresión, los formatos más adecuados son PSD (Photoshop), en caso de tener capas editables, o TIFF, sin compresión y hacer modificaciones en RGB y con la máxima profundidad de color que se haya captado (16 o 32 bits), aunque el paso final sería convertir a 8 bits y CMYK. En el formato TIFF puedes cambios a la imagen, sin alterar su calidad y es la mejor opción para trabajar con In Design.

Antes de mandar a imprenta tu diseño, toma en consideración el formato del archivo, pues de éste depende en gran medida la calidad de impresión de la imagen. También considera para qué será utilizada tu impresión y el tamaño que necesitas.

Por: Daniela C. Villa