Dos bellas influencers de las redes sociales han marcado la pauta contra la edición fotográfica y las imágenes falsas que suelen publicarse.

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Instagram es un medio en el que la gente busca contenidos atractivos, lujo y, sobre todo, belleza, pero no siempre lo que se mira en la fotografía es real. Por ello ha trascendido que algunas bellas influencers de esta red social han comenzado a desenmascararse y mostrarse al natural.

Primero fue la australiana Essena O’Neill, quien de un momento a otro decidió cerrar su cuenta en Instagram (con más de 710 mil seguidores) bajo el argumento de que la vida feliz que se plasmaba ahí distaba de la realidad. Para una sola foto, en ocasiones hacía de cien tomas hasta que una dejara de mostrar un vientre abultado o malos rasgos físicos en general. Entre otras cosas, declaró: “No hay nada zen en tratar de parecer zen, tomar una foto de ti misma tratando de ser zen y probando tu zen en Instagram”.

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Después la modelo británica Stina Sanders se dijo cansada de no mostrar la realidad y comenzó a mostrar imágenes cotidianas, sin maquillaje, en visitas al médico y demás aspectos de la realidad para demostrar que no todo es belleza, glamour y sofisticación. ¿El resultado? Unos tres mil seguidores menos, pero infinidad de comentarios positivos.

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Fuente: El País