Los diseñadores encontramos placeres excéntricos en los lugares más extraños. No hay impreso que escape a nuestro tacto, al pasear los dedos buscando un realce mientras se escapa el olor a tinta fresca es uno de ellos, quizá de los más notorios a otros que nos miran con extrañeza preguntándose si será seguro estar cerca de nosotros.

Otro de esos placeres está en las plastas negras. Encontrar cualquier publicación con fondo negro, primero nos llama a la curiosidad, para dar paso a la examinación detenida. ¿Se verán los rodillos de la impresora? ¿El negro es lo suficientemente profundo? ¿Tiene barniz? ¿Cómo está conformado? ¿Se deslava al tacto?

Si la plasta es perfecta, podemos sentir cómo nuestro cuerpo comienza a producir endorfinas, y se van al doble si fuimos nosotros quienes hicimos el diseño. Sin embargo, el efecto es raro, no muy común, porque casi siempre es sustituido por decepción al ver que no salió como nosotros esperábamos. Es un negro deslavado porque simplemente levantamos el «K» al 100 % sin combinarlo con otros colores para hacerlo más profundo, porque en nuestro monitor aparecía perfecto y ya impreso está lleno de defectos.

Y es que son muy pocos quienes conocen el secreto de la plasta negra, como el final de un ritual que te gradúa como maestro de diseño-impresión, que conocen todo lo que se pierde en el guión que separa ambas disciplinas y saben cómo contrarrestarlo.

Aunque el secreto no radica en un concepto o simplemente en saturar la selección de color, más bien en la experiencia, les comparto algunos elementos que les podrían ayudar a producir plastas negras con un grado menor de decepciones:

1. No uses un negro simple
Un negro conformado únicamente por tinta negra [K=100 %] tiende a deslavarse en las impresiones, a verse un poco más gris o transparente. En mi experiencia con algunas imprentas me ha pedido combinaciones, siendo la más común combinarlo con cian [K=100 %, C=60 %]. Otras optan por usar una gama más uniforme [K=100 %, C=40 %, M=40 %, Y=40 %] e incluso bajando un poco al negro [K=80 %, C=40 %, M=40 %, Y=40 %].

Lo mejor es que antes de crearla, lo consultes con la imprenta, ellos te podrán recomendar la combinación que usan regularmente y que obviamente les funciona mejor. No importa si la impresión será offset o digital, siempre es bueno conocer los datos con antelación.

2. No le busques, mejor ponle textura
Especialmente si se trata de una impresión digital. Es prácticamente imposible que no se marquen los rodillos de la impresora, independientemente que esté en perfecto estado, recién aceitada y con todas las piezas funcionando correctamente, siempre el tema de los rodillos estará ahí.

Entonces es mejor pensar en un plan B, poner una textura o reducir la plasta al máximo.

Toma en cuenta que este problema no es exclusivo del negro, sucede con casi todas las plastas de color, aunque obviamente el negro es el más notorio.

3. El papel importa
Muchas veces diseñamos y no nos detenemos a pensar en el tipo de papel sobre el cual se va a imprimir. Intuímos el couché como por defecto. Hay una gran diferencia entre si será opalina o couché, y si este último es mate o brillante. Los mejores resultados siempre serán en couché brillante (satinado), o mínimo se notarán menos. La mayoría de las impresoras digitales tienen opciones especiales para disminuir la velocidad de impresión y cuidar más los tonos tan profundos y vibrantes.

4. Evítalas
No hay nada más decepcionante que una plasta negra mal lograda. Lo mejor es evitarlas si no tienes la certeza de la calidad de impresión. Como lo mencioné en el punto 2, piensa en otras opciones que te podrán ayudar, poner una textura muy tenue ayudará enormemente a disimular los defectos de impresión. Y si puedes, haz pruebas en diferentes tipos de papel para saber sobre cuál puedes controlarlos mejor.

Piensa que vale más un fondo no tan liso bien impreso a una plasta mal lograda.

Diseñador gráfico con maestría en diseño editorial por la Universidad Anáhuac y con cursos de Publishing en Stanford. Actualmente dirige MBA Estudio de Diseño, dedicado al diseño editorial, identidad y publicitario, además de realizar scounting y contratación de talento de diseño para diferentes empresas. Es profesor en la Universidad Anáhuac y la UVM. Le gusta la caligrafía, tipografía, la música y la tecnología.