Charles Édouard Jeanneret, conocido como Le Corbusier, nació en 1887 en una familia de artistas y grabadores. De joven, aprendió a tallar relojes, disciplina de gran precisión y exactitud pero con poco futuro.

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A partir de 1906, se dedica a viajar por Europa y el Próximo Oriente, conociendo y trabajando con destacados nombres de la arquitectura europea. Allí aprende conceptos continuamente y capta compulsivamente ideas en sus croquis. Así, se vuelca a la arquitectura y busca dar una solución al problema de la vivienda y al caos de las ciudades. Se propone dar orden, a través de la sistematización para aportar el concepto cientificista del que la arquitectura carecía.

De viaje, conoce el Partenón y lo percibe como ejemplo de racionalidad a seguir en la arquitectura. Asimismo, observa a la ciudad de Mileto como referencia geométrica del urbanismo. Forma parte de los debates en la Deutsche Werkbung y conoce a Petter Behrens, entre otros.

Purismo vanguardista

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Como suele suceder, el arte siempre se encuentra más adelantado que la arquitectura. En este sentido, el cubismo, movimiento que buscó sumar y trasladar la dimensión del tiempo en la tela y así descomponer objetos en planos, fue un gran precedente para la arquitectura que venía. Con su aporte, la arquitectura logró descomponer la caja en planos, dando una gran libertad formal. La arquitectura comienza a diseñarse desde el interior al exterior: la fachada es resultado de lo que hay interiormente y se revela de este modo la estructura interna.

En 1917, Le Corbusier se establece definitivamente en París y forma el purismo vanguardista con Amédée Ozenfant como respuesta al cubismo, que veían algo caótico. Intentan tomar objetos comunes de la realidad industrial para plantearlos de una forma ordenada despejada de elementos superfluos, geométrica y matemática; sin sensación de movimiento, como una superación del cubismo.

Sistema Domino

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Hay una intención por llegar a la síntesis de todo, encontrar la estructura que domina como célula germinal cualquier tipo de proyecto. Desde 1914 Le Corbusier desarrolló el sistema domino, para reconstruir una Flandes destruida por las batallas de la I Guerra Mundial. Se trataba de un proyecto de fabricación de casas en serie que mediante la estandarización de los elementos permitía realizar en pocas semanas toda una estructura de hormigón. La obsesión por la proporción se extiende en todos los proyectos de Le Corbusier, con una atenta mirada al número de oro. Trazados para garantizar la proporción de todo el proyecto, poniendo la mirada en la matemática y lo racional.