En cierta ocasión, un diseñador se contrató para trabajar como freelance por día. Era un trabajo de cinco días y cobró $500 dólares ($100 dólares diarios) más los respectivos impuestos. Envió los archivos a producción pero cometió el error de no convertir la tipografía a vectores. Días después llamó el cliente muy molesto porque la impresión salió con la fuente cambiada y le exigió el costo completo de la reimpresión, el cual ascendía a $1,000 dólares, el doble de lo que el diseñador cobró por ese proyecto.

Ante ésto surgen tres preguntas que creo vale la pena meditar y debatir.

Pregunta 1: ¿Crees justo que el diseñador deba hacerse responsable del daño completo? Puede haber tres tipos de respuesta:

a) Sí. Su trabajo tiene consecuencias que van más allá del dinero que recibe. Debe saldar la cuenta completamente.

b) Parcialmente. Su responsabilidad no puede ser mayor que el sueldo que percibe por ella, traducido a dinero, no puede pagar más de lo que cobró por el proyecto.

c) No debe hacerse cargo. Su responsabilidad no trasciende a la producción del proyecto, puesto que no está cobrando por ello.

d) ¿Existe alguna otra solución?

Pregunta 2: ¿El diseñador debe incluir en sus honorarios la responsabilidad que deriva de su trabajo? Las respuestas son abiertas. Creo que no es cuestión de definir blanco o negro, sino existen muchos matices.

Pregunta 3: ¿Cómo puede protegerse un diseñador de este tipo de eventos? ¿Debería existir algún tipo de seguro o cláusula en los contratos que limite la responsabilidad en la prestación de servicios? ¿Cómo debería ser?

NOTA: El caso planteado resulta una situación hipotética, ya que sabemos existen muchos procesos de protección que pudieron haber impedido que el error surgiera como pruebas de color, por ejemplo. También el responsable del proyecto dentro de la empresa así como la imprenta tienen responsabilidad, pero lo que el ejemplo sugiere no es cómo evitar el problema o de quién es la culpa, sino la situación de tener que indemnizar al cliente por el daño.

Design Lifer
Diseñador gráfico con maestría en diseño editorial por la Universidad Anáhuac y con cursos de Publishing en Stanford. Actualmente dirige MBA Estudio de Diseño, dedicado al diseño editorial, identidad y publicitario, además de realizar scounting y contratación de talento de diseño para diferentes empresas. Es profesor en la Universidad Anáhuac y la UVM. Le gusta la caligrafía, tipografía, la música y la tecnología.