Barbas frondosas, botas y camisa de leñador, esos tres elementos caracterizan al nuevo hombre, el lumbersexual, término que entierra por completo en el pasado al normcore, hipster y al metrosexual.
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El nombre de este aspecto salvaje y masculino se origina de la palabra inglesa “lumber”, que significa leña, y ha venido a desplazar al normcore, un estilo para vestir normal o sin gran estilo.
Pero no sólo ha llegado para hacer olvidar al normcore, sino también al hipster que se ha vuelto irónicamente parte del mainstream y sobre todo terminar de enterrar al estilo meticuloso y estético impuesto por el metrosexual.
Otra de sus características es portar una mochila de cuero, una MacBook -sí, jamás una PC, será parte de un estilo in en moda-, jeans arremangados para verano y en invierno menos arremangadas.
Así, las barbas han llegado para quedarse nuevamente como un signo de masculinidad, pero eso si, bien cuidada, no por nada han resurgido las barberías como la del centro comercial de Interlomas o en otras zonas de la ciudad como la Roma.
