Al año dos mil trece ya le queda casi nada y de hecho quizás leas este último artículo del año en el nuevo junto a la listita de cosas que deseas cumplir o conseguir en tu profesión.
Renovemos la esperanza, renovemos la idea como un contador que vuelve todo a cero. Lo hecho, hecho está y siempre hay tiempo para corregir el camino.

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Que establezcamos esta fecha para determinar el cambio simplemente es cultural, el mundo ni se entera en su girar constante que mañana será un año más. Entonces, si vamos a hablar de cambio primero fijemos las cosas que no queremos que sucedan.

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Los NO siempre fijan mejor las ideas que los SI. Los NO, limitan, dan libertad y claridad a tus objetivos.
No quiero, no deseo, y tantos como sea necesario para poder empezar a determinar que quieres ser.
El desarrollo profesional de un diseñador cada día se especifica más y eso muchas veces confunde saber por donde empezar. Las opciones son muy amplias y variadas, conocerlas, estudiarlas y saber bien en cual sientes que te puedes desarrollar es fundamental para un buen avance laboral.
Pasado el aviso para los más jóvenes o los que estén por ahí iniciando la idea de ser diseñadores vayamos a la idea de estos cinco NO en el diseño.
Hay cosas en las que yo me fui sustentando en el debatir de la realización, que me han llevado a repetirlas como un mantra a la hora de empezar a diseñar y son las que quiero compartir.

1° NO diseñas para ti ni para los diseñadores
Este NO, aunque ya esté grande, me lo pongo todos los días frente a los ojos. La tentación de utilizar a tu cliente para hacer diseño de diseñadores es siempre dulce. Para mí el producto está primero y debo respetar su personalidad, historia y todo lo que construya una mejor comunicación con sus clientes. Somos un vehículo de su expresión.

2° NO es un catálogo tipográfico
Si la duda te come la cabeza, reafirma el concepto menos es más. Reconócete y establece un universo acotado de familias, estúdialas y entiende sus particularidades y luego bailarás de la mejor forma en el plano. Aprópiate de ese universo y matízalo circunstancialmente con alguna otra.
Recuerda y esto es como la vida, no estás obligado a usar por usar y descubrirás que la sustentabilidad ha llegado también al diseño.

3° NO hay cuestiones a medias
Si se rompe, que se rompa, si debe trasgredir que se vea y si va a hacer ruido que lo haga todo lo que pueda. La duda es el peor consejero y siempre se verá en la hoja. Tus miedos están ahí y tu cliente que no entiende nada los va a ver.
Una vez que haz puesto los pies sobre la hoja en blanco es para matar o morir y nunca se da pelea fuera del campo de batalla. Ahora bien, si optas por ser clásico lo debes ser cueste lo que cueste y entenderlo, comprenderlo y hasta amarlo hasta las últimas consecuencias.
En estas cuestiones es donde realmente empieza a cincelarse el diseñador, por el que te identificarán y en definitiva por el que te elegirán.

4° NO debe ser el mejor trabajo del mundo
La presión innecesaria no es buena consejera. Trabajaste duro para llegar a tener la posibilidad de hacer un trabajo grande, tuviste la paciencia de saber que ese momento algún día iba a llegar, pero bien, este no es diferente a los trabajos chiquitos que tantas veces hiciste, seguramente tenga mayor exposición, quizás sea motivador de nuevos y mejores trabajos pero ya, es trabajo de diseño igual a todos. Por eso simplemente concéntrate en diseñar, en cumplir con los plazos pactados y respetar los que el producto y cliente quieren y necesitan.
Y si estas palabras no te alcanzan compra la taza del momento que reza “Keep calm and design” que quizás te ayude.

5° NO quieras hacer todo
Este quinto es un resumen o un poquito de todos, el lugar donde más o menos todas las ideas confluyen. Remitirse a hacer lo que se debe hacer. Estudiar la necesidad, establecer una estrategia a desarrollar, establecer el espacio y tratar de salirse lo menos posible del plan para obtener el objetivo es la idea cuando decimos No querer hacer todo.

En fin, estos son mis NO y entiendo que quizás tú puedas tener o construir otros. A mí me ayudan a clarificar la idea y son muy útiles a la hora de oficiar el rol de jefe ya que puedes establecer un punto crítico más objetivo y ofrecer al juego una palabra clara sin tinturas propias, más respetuosa de la producción ajena. Una corrección para ayudar al otro y no para que el otro haga lo que tú quieras que haga.
Para cerrar, espero que estas líneas que he tratado de construir semanalmente en este último semestre del año sean de utilidad para vuestra profesión como también deseo que tengan todos un buen comienzo de año.
Y como dice un amigo mío al brindar: “¡Buena vida!”.
¡Salud!