Para empezar con esta columna me gustaría comentar lo rico que es la ciudad de México en temporada vacacional, ese sentimiento de calles NO saturadas, traslados cortos y espacios recreativos disponibles, es todo un deleite.
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Desafortunadamente yo si trabaje en estas vacaciones de semana santa, pero los traslados en mitad de tiempo son una gran opción y sentimiento de que algo está mejor y de verdad genera un sentimiento de gozo y tranquilidad, al final del día menor stress. Eso lo vale todo. En la columna pasada hablaba un poco de ese sacrificio de las grandes urbes por un deterioro fuerte en la calidad de vida y es muy cierto. Poca gente es la que tiene la capacidad de regresar a su casa a comer, algo muy común en provincia y ese es uno de los grandes beneficios de las urbes pequeñas. En la ciudad de México esto es un beneficio que pocos tienen, la gran mayoría, vivimos con una pequeña lonchera para el camino o bien de la selección de fondas con guisados excelsos.
Debido a mi profesión tengo un hobby que me parece sumamente grato y se los voy a compartir con el objeto de motivarlos a realizarlo y vean si les genera una satisfacción y relajación, como a mí. Caminar en los parques o banquetas de nuestra ciudad (cosa que hacen muchos), pero apreciando la arquitectura del sitio. Es decir, notar detalles de las fachadas, texturas, colores, tomar fotos de puertas, apreciar la vegetación (en esta temporada las jacarandas son una maravilla), ver la calidad en los detalles constructivos de los bolardos, banquetas, arrietes y bancas de los pequeños parques o parques de bolsillo que están haciendo ahora.
Es algo muy grato y satisfactorio, al final del día permite hacer una comparación con estos mismos detalles en otras ciudades de muestro México e inclusive del mundo.
Voy a mostrarles un ejemplo que me encontré en estos recorridos, de un sitio que de origen es complicado, pero poco a poco han tratado de mejorarlo o a mi criterio, parcharlo. Estoy hablando de Santa Fe.
Si ese Santa Fe que es un diseño anticuado y mal logrado, con 100% de preferencia al auto, sin servicios (carencia absoluta de agua), en ciertas temporadas con fuertes olores a basura (recordemos que está construido encima de un basurero), pero lo peor de todo, un lugar donde se encuentran varios corporativos y una gran cantidad de jóvenes que desean vivir ahí, aunque sea en departamentos muy pequeños o familias en departamentos grandes con el común denominador de un precio exorbitante. Otro punto a destacar es que el diseño urbano original del sitio fue realizado por uno de los arquitectos más famosos de México, Ricardo Legorreta, señal de que a veces, los mejores arquitectos, NO son los mejores urbanistas.
Pues en una calle llamada Mario Pani (curiosamente nombrada con el nombre de otro de los grandes arquitectos mexicanos promotores del estilo internacional, admirador de Le Corbusier y autor del plan maestro de Ciudad Universitaria), esa calle que conecta la lateral de la carretera de cuota a Toluca con Vasco de Quiroga, una pequeña calle que da servicio a los corporativos de Liverpool y a un pequeño centro comercial llamado Zentrika y que tiene muchos pequeños locales con restaurantes, tiendas de conveniencia, bancos, etc.
Pues en un tramo de esa pequeña calle, supongo que muy circulada por autos y peatonalmente, le hicieron un pequeño pasaje o parque urbano que podría describirse como “coqueton”, a mi criterio, muy pequeño, bien logrado, pero sin sentido, no lleva a nada, ni hace referencia a nada, pero tiene elementos urbanos muy al estilo “High Line Park” en Nueva York, en su versión “Mexican Style”.
Les voy a mostrar algunas fotos del parque en Nueva York, recorrerlo es una delicia y por supuesto tiene una gran justificación de convertir unas vías del tren, que alguna vez dieron servicio a la ciudad para mover bienes desde y hacia el mayor distrito industrial de la ciudad, en un parque elevado y luego en un gran polo de desarrollo.
Ahora les muestro las imágenes del pequeño parque de la calle de Mario Pani o bien de la banqueta ampliada con buena decoración. Ustedes juzguen su diseño, justificación y calidad.
Ahora les muestro unas imágenes del estado del mobiliario urbano, no se diga del mantenimiento del sitio, piezas rotas, botes de basura sin bolsa, luminarias rotas, instalaciones olvidadas.
Mi conclusión es que no solo el espacio es pequeño, yo creo que podrían funcionar si se le diera sentido, un principio y un fin, una razón de ser, sombras para sentarse y protegerse del calor o de la lluvia, algo que admirar que no sea ver los coches pasar. Esto me lleva a las preguntas, ¿nos merecemos sitios como este?, ¿sabemos conservarlos?, ¿los apreciamos?
¿Ustedes que opinan?
