¿Lista de precios? ¿Para diseño? Esa fue mi reacción cuando un consultor en ventas me solicitó el material que necesitaba para hacer un estudio. Mi reacción tenía un fundamento muy poderoso: en diseño los costos no se pueden estandarizar, no es posible cobrarle a todos lo mismo, ningún caso es igual al otro, siempre existen variables y situaciones que hacen cada proyecto único.

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Ya con más calma, comenzó a cruzar por mi mente darle un voto de confianza al susodicho y tratar de pensar de forma innovadora; aunque no sería el primero en hacer una lista de costos para diseño crucé la información con la practicidad de simplificar mi trabajo al hacer presupuestos. Cada segundo la idea se volvía más viable hasta que, lleno de valor, abrí el Excel y comencé a crear una lista de los servicios que me parecía estaban más o menos estandarizados.

El primer tema de mi lista obviamente fue el cliché de los clichés: diseñar un logo. Hurgué por todos los presupuestos que he hecho en los últimos años y encontré una gama de costos bastante variable. Al principio me escandalicé, pero caí en cuenta que existía cierta simetría en ellos, un balance entre los logos que me había tomado muy poco tiempo, con clientes regulares o muy poco problemáticos; mientras que los que se disparaban era porque parecían trabajos únicos que les haría a esos clientes o bien, con un impacto y responsabilidad mucho mayor. Así que decidí que para el diseño de un logo debían existir mínimo tres categorías: a, b y c, todo aterrizado bajo la lógica del tiempo invertido en cada proyecto, así como del diseñador asignado por categoría (junior, senior o director de arte). De esa forma este trabajo puede tener 9 costos diferentes, pero todos en perfecta armonía.

Realmente lo difícil de este trabajo fueron dos cosas: Establecer el costo por hora de cada diseñador y cuántas horas le llevaría terminar el proyecto. Por poner un ejemplo, en el diseño de un catálogo, un diseñador gastaría 2 horas en juntas antes de comenzar el proyecto, 2 horas para organizar la información recibida, 16 horas de armado inicial, incluyendo propuestas y revisiones, 15 horas de armado, 15 horas de correcciones y adecuaciones y una hora para preparar el material para original mecánico (por favor noten que los tiempos no son tan exactos, solo es para dar un ejemplo). De esta forma, estamos hablando de un proyecto de 51 horas, que al multiplicarse con la hora de trabajo cotizada nos da un total concreto del costo del proyecto.

Incluso el desglose por fases al momento de hacer el presupuesto se vuelve mucho más sencillo. Obviamente este trabajo implica ser disciplinado y buen calculador con los tiempos y flujos de trabajo, pero sobre esta base, la lista de precios fue pan comido y mucho más fácil poder dar una respuesta concreta cuando un cliente te pregunta de la nada cuánto le cobras por cualquier cosa.

Estas listas son de uso privado, no están expuestas al público y sirven solo de base para hacer cotizaciones, pero el tiempo ahorrado así como la carga administrativa es mucho más sencilla. Vale oro.

Design Lifer
Diseñador gráfico con maestría en diseño editorial por la Universidad Anáhuac y con cursos de Publishing en Stanford. Actualmente dirige MBA Estudio de Diseño, dedicado al diseño editorial, identidad y publicitario, además de realizar scounting y contratación de talento de diseño para diferentes empresas. Es profesor en la Universidad Anáhuac y la UVM. Le gusta la caligrafía, tipografía, la música y la tecnología.