Si ya terminaste tu carrera creativa, pero no has expertimentado alguna experiencia profesional -o casi no has tenido-, es probable que te cueste un poco más de trabajo adaptarte a la realidad del mundo creativo y laboral.

Si bien la escuela te preparó para desarrollar proyectos y desenvolverte en un ambiente creativo remunerado, lo cierto es que la realidad es un tanto distinta a loq ue te contaron en la uni.  A saber…

1.- Tu título de licenciado o de cualquier posgrado no garantiza que te acepten en alguna vacante.

2.- La paquetería de diseño la debes aprender a usar tú, y la más útil es la que se adapte a tus hábitos de trabajo.

3.- Los procesos creativos casi se nunca realizan en el mismo orden que las aulas… ni tienen tanto tiempo para su entrega.

4.- Seguramente nadie te enseñó a venderte ante los clientes, aprender esa labor te toca a ti.

5.- ¿Se te acabó la inspiración? Los profesores ya no están para ayudarte, pero tienes infinidad de fuentes creativas que no sólo se desarrollan en el ámbito de lo vidual, sino en todos los aspectos de la vida humana

6.- Tu área de especialización tiene una cartera de clientes específica, en tu escuela no te la dieron y de ti dependerá que tengas a tu alcance esos datos.

7.- El exceso de trabajo cobra factura y no tendrás tardes libres para reponerte. Deberás aprender a dosificar tu actividad si no quieres saturarte.

8.- La perfección no existe, sin embargo, deberás seguir en búsqueda de ella.

9.- No puedes contar permanentemente con “favores” de colegas, pero te convendrá devolver cada uno de ellos cuando los recibas.

10.- La libertad creativa que tanto enarbolan en la ecuela se ciñe a las decisiones del cliente o el patrón.