Por años me he quejado de la poca creatividad del chihuahuense. Población cerrada y de emprendedores que dicen serlo pero sus papis les dieron un terreno y tuvieron la grandísima idea de comprar una franquicia. Esa es su creatividad.
Nos queda a nosotros arriesgarnos más que ellos para ser de una ciudad innovadora. En Sheephuahua todo mundo sigue a todos. Somos pocos los que encontramos en la originalidad un aire de libertad y expresión independiente sin etiquetas de las ovejas.
Desde este año me he encontrado con espacios innovadores, pero también que la sociedad está cansada de lo mismo. La exigencia de la misma gente ha elevado el potencial, pero sobre todo el interés de lograr hacer o por lo menos intentar concretar proyectos innovadores y no poner un restaurante franquiciado cuando ya te dan el ‘now how’. Ellos con el capital económico, sin riesgo creativo. Lo que les interesa es su ROI y punto final. Esa es su creatividad monetaria, pero no intelectual.
Chihuahua tiene un gran encuentro con esta libertad de expresión. Ya lo verán porque. Hace unos meses un camarada y yo fuimos por unos pulques ubicado entre la Aldama y Victoria. Por cierto, fuera del centro del país son los mejores que he probado. Dicen que lo traen desde el meritito estado de Hidalgo y acá lo curan, es decir, lo fermentan con frutas deliciosas. Pero bueno, ya luego escribiré sobre eso. El hecho es que estábamos en el callejón deleitando esa bebida ancestral. Una chica se acerca y nos comenta que en unos minutos habrá función de teatro.
Nosotros temerosos nos quedamos viendo uno al otro: “¿Teatro? ¿Qué obra o qué? (ay ajá…como si supiéramos tanto)” –dijimos- Ella menciona: “Si. Es una obra de teatro independiente”. Con eso por lo menos a mi me cautivó. Compramos los boletos y la sorpresa es que había cupo limitado para 25 personas. “¿Tan mal está?”-pensé-
Adentramos por unas escaleras que descendía a lo que parecía ser el foro.
El escenario ni siquiera a un metro de distancia se encontraba de los asientos de la audiencia. “¿Dónde estoy? ¿Esto es Chihuahua?”. No les cuento como me fue en la obra para que vayan a verla, pero fue tan sorprendente y vecina de la realidad que los aplausos no cesaban.
He tenido experiencia de este mismo formato en otras partes del país, pero nunca me imaginé haberlo visto, ni mucho menos vivido en estas tierras chihuahuenses. Desde entonces creció mi adicción para asistir a estos espacios. Sobre todo porque las obras son adaptaciones a realidades de percepciones interpretables independientemente. La identificación de la audiencia con el actor o la actriz puede llegar a ser silenciosa, pero no lo es cuando el chico o la chica de enfrente vive la función reflejada en una experiencia muy personal.
Los actores interactúan con la audiencia que sobrevive una intimidación. Las venas de los brazos, rostros y gargantas permiten experimentar un momento único y de mucha credibilidad. Salpicaduras de saliva al gritar o sentir terror de lo ocurrido. A demás de la fijación del diálogo, escenario, y actores; también la tienes por la audiencia al apreciar los ojos humedecidos, los dientes mordiendo sus labios, las manos en sus bocas, señal de sorpresa; la pierna en movimiento constante con señal de ansiedad e impotencia y demás lenguaje corporal. Señoras y señores. Eso es teatro.
Los actores en cada función viven y se cargan de energía. Su pasión es la boca que emite palabras y sentimientos que se apoderan de tu piel poniendo firmes los vellos de tu brazo. Esto es una artesanía, ya que cada obra la hace única. Por lo tanto lo que viste o veas nunca va a ser exactamente igual. El cine es maravilloso, pero al agregar formatos de 3D y 4D es lo mismo que el teatro.
No te estoy diciendo que vayas o que dejes de ir al cine. Simplemente si quieres vivir algo único con espacios posteriores de reflexión para digerir la obra. Ya sabes a donde ir. Pero ayúdate a responder esta pregunta: ¿Cine 4D o sencillamente…teatro?

Fui concebido en 1981, nacido a principios de 1982. Soy de una generación que al nacer no existía el internet, pero si Siempre en Domingo. No era bizarro pedir ‘aventón’ y eso que soy de Chihuahua. Me apasiona el arte de aprender y desaprender paradigmas y romperlas. Busco inspiración en lo sensible de la naturaleza y lo sorprendente de lograr lo imposible en posible. Soy fan de la flexibilidad de la adaptación en mi vocación y persona. Adoro el buscar un espacio y en cualquier oportunidad colocar sobre la espalda una mochila e irme para buscar esa inspiración.