Todos los diseñadores se atascan y se ensucian las manos, sobre todo al principio de su carrera. La mayoría sabe que pueden experimentar breves ráfagas de inspiración, pero la transformación de ese éxito en la constancia laboral puede ser desalentador.
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Esto ocurre a menudo cuando un diseñador no ha solidificado su rutina o no se adhieren a ella constantemente. Si tienes problemas para eso y te encuentras atorado en esa trampa, lo mejor es tratar de mejorar el flujo de trabajo con estos tres consejos universales para convertirte en un mejor diseñador:
#1. La consistencia es la clave
El ser humano es emocional por naturaleza y se comporta como tal. Se enfurece cuando las cosas no salen como se quiere y generalmente se compensa la falta de disciplina con rápidas “juergas de diseño”. Generalmente se diseñan cinco sitios web en un día, el trabajo es sin interrupciones, mientras que el desprecio del bienestar nunca se compensa en lo absoluto.
Por encima de todo, cada diseñador debe centrarse en la coherencia. Ahí es cuando se pone el trabajo sobre la mesa, día tras día, los resultados reales se reflejan. Pensar en el diseño es como ir al gimnasio, si sólo se va de vez en cuando, los resultados no se notarán, pero si el cansancio rápido.
#2. Encontrar una rutina ganadora
Ya se ha hablado de la consistencia, pero sin un buen plan de juego no se puede tomar medidas. Una rutina ganadora significa desarrollar una serie de hábitos bien pensados, útiles y que aumenten las posibilidades de ganar clientes y proyectos.
¿Qué rutinas deberían integrarse para mejorar el flujo de trabajo?
No hay una lista clara, pero si se hace un poco de investigación se encontrarán rápidamente entrevistas con diseñadores de éxito hablando de sus hábitos. Como se puede imaginar, muchos diseñadores tienen rutinas similares, incluyendo:
– El cuidado de su cuerpo: Correr, nadar, yoga, levantamiento de pesas, etc.
– “Decodificar” instrucciones de diseño para interpretar lo que el cliente quiere realmente.
– La asignación de por lo menos un par de horas a la semana para aprender nuevas técnicas y estudiar las últimas tendencias de diseño.
– El intercambio de ideas con los otros diseñadores.
– Mejorar lass habilidades de comunicación.
– Buscar las mejores fuentes de inspiración.
– La organización del escritorio, espacio de trabajo y proyectos.
– La elección de los brief y proyectos más adecuados para un conjunto de habilidades particulares.
El truco es encontrar los hábitos que trabajen para uno mismo. Una forma es realizar una lista de los pasos que se cree que van a mejorar fuertemente el trabajo. Entonces, a partir de ahí, se debe actuar en forma coherente.
#3. Ampliar la mente creativa
Salir de la zona de confort y experimentar una forma diferente de pensar. No se trata de decir que hay que emboscarse en una búsqueda de la visión para llegar a un nuevo esquema de colores para un sitio web corporativo, pero si que todos los diseñadores deben impulsar activamente sus límites creativos.
Una de las maneras más importantes para crecer como persona creativa es explorar las diferentes ramas de la industria del diseño. Esto actualizará la imaginación y generará ideas que se puedan incorporar en los próximo proyecto, además de ser la clave para la construcción de un “vocabulario de diseño”.
Existe un proceso simple para lograrlo: Mantener el ojo en forma hacia fuera para capturar las mejores opciones de color, de tipografía y diseños que vayan con el estilo propio, de tal forma que el conocimiento de diseño aumentará, por lo será más fácil concluir ideas creativas para futuros proyectos. Si realmente se tiene una verdadera pasión por el diseño, estos conocimientos permanecerán en el fondo de la mente durante los próximos años.