Usualmente en el medio artístico hay dos opciones, o eso parecería: la fama y el éxito te abraza para vanagloriarte en ella o la miseria se convierte en tu compañero debido a las malas decisiones que se toman. Es el caso de muchos artistas renombrados que murieron pobres. A continuación recopilamos la historia de

Vincent Van Gogh
Hasta la historia de que murió en la pobreza es más famosa que él cuando estaba vivo. El artista impresionista falleció a los 37 años, pobre, sin reconocimiento y con una sola pintura vendida.

El éxito es traicionero. Aunque algunos sí fueron reconocidos por sus contemporáneos y perdieron su prestigio, otros nunca fueron afamados.

Wolfgang Amadeus Mozart
El músico y compositor austriaco murió a los 35 años de edad, sin dinero debido a que apenas ganaba algo lo gastaba en una vida de lujos y sin medidas de ahorro.

El éxito es traicionero. Aunque algunos sí fueron reconocidos por sus contemporáneos y perdieron su prestigio, otros nunca fueron afamados.

Franz Schubert
Otro artista que jamás fue reconocido por sus contemporáneos, pero además despreciado por compositores como Bach y Beethoven. Debido a sus intentos por mejorar, se mudaba constantemente, por lo que sus ahorros se gastaban ahí, murió a los 31 años de edad.

El éxito es traicionero. Aunque algunos sí fueron reconocidos por sus contemporáneos y perdieron su prestigio, otros nunca fueron afamados.

Edgar Allan Poe
El escritor más famoso del relato de terror, murió alcohólico, en la tragedia y pobre. Aunque sí recibía pagos por sus obras y trabajos periodísticos, todo lo malgastó hasta quedar en la bancarrota.

El éxito es traicionero. Aunque algunos sí fueron reconocidos por sus contemporáneos y perdieron su prestigio, otros nunca fueron afamados.

Oscar Wilde
Dramaturgo que sí conoció el éxito y reconocimiento de sus obras, fue encarcelado al ser acusado de homosexualidad, por lo que perdió no sólo su fortuna, si no también el prestigio. Al salir se volvió adicto a la bebida.

El éxito es traicionero. Aunque algunos sí fueron reconocidos por sus contemporáneos y perdieron su prestigio, otros nunca fueron afamados.