Haciendo honor a la simplicidad en los procesos, tengo una máxima que dice: «Mientras menos instrucciones deba dar al impresor, son mayores las probabilidades de un buen resultado». Después de años de enviar originales mecánicos a imprentas para impresión en offset, serigrafía, digital, plotter, me he dado cuenta que los desastres ocurren, especialmente cuando el diseñador suelta de las manos sus archivos y pasan a un tercero. Y no es extraño, tienen estilos diferentes de hacer las cosas, no están familiarizados con el proyecto y entran en un proceso que casi siempre el diseñador no domina. Quizá muchos sabemos cómo funciona el offset, pero son pocos quienes saben sobre las implicaciones que se tienen al momento de tomar decisiones en el diseño que incidirán en el buen proceso de producción.

Y es que se requieren años de práctica para dominar una máquina tan compleja como la de offset, pero incluso procesos más sencillos como la serigrafía son susceptibles de que, una vez que el diseñador realmente conozca a fondo, pueda actuar en consecuencia y planear sus archivos de tal forma que resulte mucho más fácil el cambio de mando a manos de la imprenta.

Definamos el original mecánico como el archivo final para su producción, sea un PDF o el original en Indesign, Illustrator o Photoshop. Así que, a continuación 5 consejos que te pueden ser útiles antes de comenzar un proyecto de diseño que terminará en la imprenta, sin importar qué tipo de sistema de impresión utilizarás:

1. Prepara tu documento al tamaño
En cierta ocasión le ayudé a un amigo a imprimir unas postales y tarjetas de presentación. Para hacer que cupieran en un pliego, acomodó todas las piezas en la página como si fuera un rompecabezas. El resultado fue un archivo inútil en el cual la imprenta tuvo el doble de trabajo reacomodando cada una de las piezas y por consiguiente, nos salió más caro.

Si piensas hacer un tamaño carta, crea el documento tamaño carta. Si tu documento será de 12 x 10, haz el archivo de 12 x 10. Tratar de ayudar a la imprenta haciendo un original de tarjetas de presentación y repetirlo ocho veces para que quepa en un tamaño carta no le ahorrarás tiempo, por el contrario, la harás trabajar doble. Normalmente tienen ya sus plantillas listas para ese tipo de originales con todas las especificaciones técnicas. Lo que hacen es pasar tu archivo a sus documentos para hacer los acomodos, ya con sus guías de corte y todas las marcas de color.

2. Limpia tu archivo
A veces es bueno mandar archivos en JPG para estar seguros que no se modificará durante la producción. Solo que a menos que seas todo un experto, es mejor que des oportunidad a que si la imprenta necesita hacer alguna corrección (de color, por ejemplo), puedan solucionarlo sin la necesidad de volver a enviar el archivo. Un PDF o el archivo nativo (el original en el que fue creado) sigue siendo la mejor opción al momento de enviar un documento a producción.

Solo recuerda que un PDF también es útil solo si sabes generarlos correctamente, manteniendo la resolución correcta, los perfiles de color de acuerdo a la imprenta, las guías de corte que necesita (no siempre son todas las opciones que te aparecen en la sección de «Crear marcas») y los rebases bien colocados.

3. Checa todas tus ligas: resolución, tamaño y perfiles de color
Primero. La resolución y el tamaño no es lo mismo, aunque van ligados. Sabemos que para una impresión óptima en offset el original debe estar a 300 dpi, pero sucede que si la imagen mide 5 x 5 cm y tú quieres colocarla de 15 x 15, al agrandarla se estiran los pixeles, de tal forma que su resolución real será de 100 dpi y por consiguiente aparecerá pixelado.

Afortunadamente InDesign tiene en sus últimas versiones una opción que permite visualizar la resolución real de las imágenes (por eso es mejor usar InDesign para originales mecánicos).

Segundo, el perfil de color y el formato. Checa que tus imágenes estén en CMYK, especialmente si el original lo enviarás en formato PDF.

Tercero, el mejor formato para guardar imágenes es TIFF, resulta un poco más pesado que los JEPG, pero no degrada el archivo. El formato PSD también es aceptable.

4. Limpia tu documento
Sucede que conforme vamos diseñando, se nos quedan afuera de las páginas notas, textos e imágenes que desechamos, que usamos como pruebas o que podrían servir más adelante. Dejarlas en el archivo podrían complicarte un poco las cosas a ti o a la imprenta.

No importa si lo vas a convertir a PDF, aunque así lo hagas se guardan todos los objetos alternos —aunque existe una opción para eliminarlos, pero es mejor trabajar en orden—.

Lo mejor es que una vez que terminaste tu documento final, hagas una copia y la uses para limpiar tu documento sin el temor de eliminar algo que puedas utilizar más adelante.

Haz lo mismo con las «Muestras» (Swatches) que no uses y fusiona los layers que usaste solo para el diseño, los que están ocultos, desbloquea los objetos

5. Sé claro, de tal forma que cualquiera lo pueda entender
Como comenzó este artículo: mientras menos instrucciones debas dar, es mejor. Típico que vas a sacar un trabajo sencillo y debes dar instrucciones muy precisas. Algo así como: «Imprime las páginas nones de la 3 a 11 y luego de la 2 a la 12 detrás de ellas. La 2 va la vuelta de la 1 van en un papel diferente que es más grueso y en un tamaño diferente».

Debes pensar que cualquiera que lea tus instrucciones o abra tu archivo directamente debe entender cómo está conformado sin necesidad de hacer tantas preguntas. Para ello, puedes optar por alguna de estas opciones:

a) Haz un dummy o un sketch de cómo debe quedar.
b) Haz una orden de trabajo en donde especifiques en forma de lista todas las especificaciones: tamaño, papel, cantidad, si lleva algún doblez o terminado.
c) Lo más importante: COMUNÍCATE CON LA IMPRENTA ANTES DE COMENZAR EL TRABAJO. Especialmente si se trata de una producción compleja. Una junta previa te ayudará incluso a que la imprenta te recomiende tamaños, formatos y hasta la forma en que debes trabajar tus originales mecánicos. Así te sentirás mucho más confiado y reduces el margen de tiempo que pierdes ajustando el archivo.

Diseñador gráfico con maestría en diseño editorial por la Universidad Anáhuac y con cursos de Publishing en Stanford. Actualmente dirige MBA Estudio de Diseño, dedicado al diseño editorial, identidad y publicitario, además de realizar scounting y contratación de talento de diseño para diferentes empresas. Es profesor en la Universidad Anáhuac y la UVM. Le gusta la caligrafía, tipografía, la música y la tecnología.