Todas las profesiones tienen sus pros y sus contras y las inconveniencias de la labor creativa pueden ser tan desagradables como las de cualquier otra actividad productiva. A continuación enumeramos cinco situaciones que todo diseñador detesta

1.- Tener al cliente encima tuyo
No te puedes concentrar, no tienes descanso y la labor se convierte en algo francamente molesto. Tener al cliente o a tu jefe todo el tiempo preguntando y esperando avances es algo que a nadie le viene bien, el flujo de comunicación se puede llegar a romper.

2.- Feedback inacabable
Después de la entrega de un proyecto al cliente casi siempre recibirás la correspondiente retroalimentación para realizar los ajustes correspondientes al trabajo, pero en ocasiones esa comunicación se vuelve eterna y llega a enfrascarse en detalles insignificantes que postergan la entrega y el pago de tus honorarios.

3.- Exigencias imposibles
Típico que estás en medio de un proyecto muy laborioso y llegan las exigencias del cliente o de tu superior para pedir mayor esfuerzo, mayores ventas o hasta la amenaza de que si no queda pronto y al gusto del cliente, este “se marchará con la competencia”. Ante tal estrés, las posibilidades del éxito del trabajo tienden a quedar a la deriva.

4.- Celos profesionales
A veces sucede que te encuentras en un equipo de trabajo donde no existe un directriz clara ni una correcta división del trabajo. Esta situación puede llevar al caos, a los celos profesionales de los colegas y a que unos realicen mayores esfuerzos que otros.

5.- Frustración
Cada una de estas problemáticas puede llevarte a la frustración y al desencanto de tu profesión. Si te sirve de consuelo, piensa que en toda carrera y área de especialización surgen dificultades y muchas de ellas son similares a las que tú atraviesas. La madurez y la experiencia serán dos armas fundamentales que te darán el temple que necesitas para llevar a cabo tu labor sin un mayor desgaste.

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