Los logos son calificados como la imagen de un producto o servicio y se les considera como el centro de todos los esfuerzos de branding, pero por desgracia, el resultado esperado no siempre es positivo, razón no sufiente para desanimares, ya que todo tiene arreglo y aquí te damos cinco consejos.
Notas relacionadas:
Los 5 colores que más se utilizan para diseñar un logotipo
10 casos de plagio: carteles, logos e ilustraciones
5 brillantes recursos para diseñadores de logos
Entre lo más recomendable es no seguir una tendencia en específico, ya que el diseño tendrá una fecha de caducidad en caso de no imponerse ante el publico como se desea y podrá verse obsoleto al poco tiempo, forzando al rediseño.
El rediseño de un logotipo puede ser tan duro como la creación de una nueva imagen. Algunas preguntas a considerar antes de confirmar el proceso son: ¿Cuánto se quiere cambiar? ¿Qué elementos deben mantenerse? ¿será reconocible cómo marca después del rediseño?
Una vez contestadas esas preguntas e investigar lo necesario, aquí te damos cinco ideas que pueden ser utilizadas para arreglar un diseño de logotipo que falló:
1. Desnudar por completo el logotipo
Estamos viviendo en una época donde el minimalismo es una tendencia enorme, no sólo porque se ve bien sino porque funciona y tiene sentido. La idea principal es la de deshacerse del exceso de manera que el público no se confunda sobre lo que está pasando en términos de logotipo con lo que realmente se quiere vender y presentar. Esto hará que sea mucho más fácil de reconocer en comparación con un logotipo saturado. Hay que atreverse a despojarse de lo que no funciona, como es el caso de Starbucks.
2. Cambiar la fuente
Otra solución muy simple y sutil para cuando un logotipo ya no funciona es el cambio de la fuente, incluso puede ser el único elemento en ser cambiado si en general las otras partes si agradan, a menos que sea un logo tipográfico. Lo más probable es que se quiera cambiar de una serif a un sans-serif. El objetivo es modernizar para llamar a nuevas audiencias.
3. Simplificar el diseño
Esto es muy similar a el primer punto, pero aquí se considera un rediseño completo mediante la simplificación de lo que ya se tiene. Muchas veces, los logotipos originales están muy repletos de cosas, así como los genéricos. La idea aquí es romper el diseño, simplificarlo y salir con algo extraordinario para la marca.
4. Cambiar los colores
Elegir los colores adecuados para cualquier cosa puede significar el éxito. Tendemos a relacionar colores a ciertas emociones y sentimientos, así como ciertas cosas. Por ejemplo, el azul es un color frío y con frecuencia es considerado como acogedor. El rojo es un color más cálido que se ve como lucha o energético. Los cambios de los colores en un logotipo, ya sea un cambio sutil o dramático, dependen de lo qué se quiere hacer. Incluso un pequeño cambio, como un poco menos de saturación puede hacer el truco.
5. Centrarse en las emociones de la empresa/producto
A veces se diseñan logotipos que tratan de decir mucho pero a la vez nada, ahí es cuando el diseño no es lo suficientemente bueno. Hay que saber elegir el estilo correcto para cada empresa y producto.
Limpio no es solo elegir una buena tipografía, limpio también significa involucrar emoción y no necesariamente aburrimiento. El logotipo debe transmitir la sensación de utilizar la marca o el producto final. Como es el caso de Amazon, marca que después de permitir realizar una compra, deja una sonrisa.