Aunque todas las escuelas de diseño incluyen como parte de sus programas un curso dedicado a armar el portafolio profesional, es imposible para un recién egresado no sentir ese dejo de inseguridad por no estar en situación de incluir aún trabajos realizados profesionalmente.

Muchas veces termina el mismo portafolio siendo «el portafolio» del susodicho y una autobiografía de sus últimos cuatro años, sobrediseñada y exponiendo proyectos que son colocados únicamente para dar volumen.

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En mi actividad diaria muchas veces me es solicitado reclutar a diseñadores jóvenes y sin experiencia, lo que me ha permitido revisar trabajos de recién egresados tanto de universidades de México como de escuelas en los Estados Unidos, de ahí he englobado cinco preguntas que me hacen constantemente y que espero puedan ayudar al momento de diseñar un portafolio:

1. ¿Qué tan mal se ve incluir solo trabajos de escuela, porque nunca he tenido un trabajo formal?

Es una queja muy común, que la gente no te contrata porque no tienes experiencia y no logras tener experiencia porque nadie te contrata. Es esa línea delgada que divide el mito de la realidad, pero realmente nadie espera que un recién egresado tenga una experiencia completa como diseñador. Más bien, muchas veces nos dedicamos a buscar trabajos donde no nos corresponde, para puestos en los cuales efectivamente se requiere un poco más de experiencia. Tu portafolio debe reflejar fielmente tu experiencia escolar y profesional y ser coherente con tu edad.

A menos que seas un prodigio no llenes tu portafolio con trabajos que realmente no quieres mostrar. Para ello, evita caer en la tentación de ofertas que con la excusa de «darte experiencia» te ofrecen sueldos miserables y a veces nulos.

2. ¿Debo poner trabajos de todas mis materias?

Hay trabajos que como estudiantes resultan muy impresionantes por el nivel de complejidad que tienen, pero parte del siguiente pensamiento: Todos los diseñadores del mundo actualmente dominan Illustrator y Photoshop. Así que —a menos que estés aplicando para algo muy especializado— saca todos tus trabajos de retoque e ilustraciones de los primeros semestres.

Si finalmente estás contento con ellos y deseas mostrarlos, conviértelos en algo más, como portadas de revista o una idendad gráfica. Procura incorporar proytectos completos, como libros, revistas, identidades o animaciones que hablen por sí mismas. Además de ser más vistosas tendrás más que decir de ellas al presentarlas. Lo mejor es tener un portafolio flexible, donde puedas meter, sacar y reacomodar proyectos de acuerdo al trabajo que buscas. Recuerde que no debe ser muy grande y tener tus mejores trabajos al principio y al final (al principio para crear una buena impresión y al final para dejar un buen sabor de boca). Igualmente procura no ser muy repetitivo y monótono, a nadie la interesa ver las 100 planas de caligrafía que hiciste en el semestre, con una es suficiente.

3. ¿Qué piensa un reclutador cuando ve solo trabajos de la escuela? ¿Debería tener algo más?

Normalmente cuando los reclutadores ven un portafolio buscan dos cosas: creatividad y disciplina. Normalmente la disciplina es mucho más evidente en proyectos profesionales, que implican seguir órdenes de un superior, respetar la identidad corporativa de la empresa en la cual se trabaja y el cumplimiento de retos conforme a las asignaciones que se van dando. Por otro lado, la parte creativa siempre tendrá una mejor proyección a través de los trabajos que uno realiza como estudiante. Si no haz tenido trabajos formales, nadie espera que presentes proyectos corporativos, entonces enfócate en lo que haz hecho bien, que son los trabajos escolares.

Aún así, tu portafolio debe reflejar una visión más allá de las aulas. Una de las diferencias que he visto en estudiantes de otros países en la visualización global que tienen sus trabajos. Nadie se presenta sin tener su portafolio montado en línea, con un dominio propio o en alguna red profesional como Behance o Linkedin como complemento a su trabajo impreso (Lo mejor es tener tres versiones de tu portafolio: uno en línea, otro digital que puedas llevar en tu computadora o USB y uno más impreso en una carpeta).

4. ¿Se vale crear proyectos exclusivamente para tu portafolio?

La respuesta es sí. Muchos alumnos se quejan que el área que más les gusta no hicieron trabajos lo suficientemente buenos para ponerlos en su portafolio. Si te agrada el diseño web y en la escuela no desarrollaste cosas tan buenas, puedes tomarlas y mejorarlas o bien, realizar proyectos exclusivamente para incorporarlos en tu portafolio. Finalmente los vas a desarrollar tú y ese argumento es tan válido como el hecho de que estás demostrando tu expertise y pasión por hacer lo que realmente te gusta, muestra iniciativa y una visión clara de hacia dónde quieres enfocar tu carrera.

5. ¿Pongo mi CV en mi portafolio?

Sí. Al principio o al final incluye tu curriculum, pero recuerda que también debe siempre estar por separado. Incluso procura que tengan el mismo diseño, finalmente es tu identidad gráfica personal ¿no? Procura no sobrediseñarlos, especialmente el portafolio. Recuerda que lo que debe lucir son tus trabajos y que un diseño muy cargado distrae de ese objetivo. Ponte en el lugar del reclutador y piensa que si es demasiado largo, seguramente reflejará inseguridad; si está sobrediseñado, que estás más enfocado en pensar en tu portafolio que en mostrar tus trabajos y finalmente, si no ve una línea coherente entre tus diseños y lo que realmente te gusta o quieres hacer, sabrá que no tienes una visión clara de tu vida profesional.

Como extra, si aún no sales de la universidad busca un trabajo como becario de medio tiempo, eso te ayudará a ir acumulando experiencia, conocer el mundo laborar y tener proyectos profesionales antes de terminar la carrera. Espero estos consejos te sirvan y mucha suerte.