Las tipografías se clasifican de distintas maneras con base en sus remates, orígenes y diferentes características, tópicos que determinan también el uso más adecuado para cada una de ellas.
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A continuación presentamos distintos criterios para clasificar la tipografía y los usos más frecuentes que se les puede dar.
1.- Serif
Estas fuentes tienen su origen en la antigüedad, cuando las letras se cincelaban en bloques de piedra. Era difícil lograr que los bordes de las letras fueran rectos, por lo que el tallador desarrolló una técnica que consistía en destacar las líneas cruzadas para el acabado de casi todas las letras, por lo que las letras presentaban en sus extremos unos remates muy característicos, conocidos con el nombre de serif.
2.- Sans Serif
Carece de remates y esta condición les confiere una sensación de modernidad. Es la más adecuada para el diseño de carteles, por su estilo limpio que trasmite seguridad y claridad visual que debe permite una lectura rápida en fracciones de segundo para memorizar completamente el mensaje.
3.- Script
Emula la escritura a mano, por sus formas elegantes se usa constantemente en firmas, títulos e invitaciones. Con un toque de elegancia, es una letra muy fina que atrae y seduce además es muy creativa.
4.- Slab Serif
En este tipo de fuente se distingue por la poca diferencia entre las líneas gruesas y finas. Los remates son gruesos como las propias líneas verticales y no suelen tener soport, con una apariencia fuerte y pesada.
5.- Decorativa
La tipografía decorativa se utiliza para animar y dar carácter a las publicaciones, es recomendable su uso pero siempre y cuando no dejar el lado serio cuando es necesario sobre todo en las páginas profesionales.
Fuente: Omar Design