Es probable que la figura de Diego Rivera constituya al más grande artista plástico nacido en México, o al menos uno de los más relevante y con mayor resonancia. Rivera dejó la vida en un día como, pero hace 60 años.
La importancia de Diego Rivera radica seguramente en su constante exposición ante el ancho de los grupos poblacionales gracias a sus piezas murales que elaboró en edificios públicos y otro tipo de edificaciones durante la primera mitad del siglo XX.
En su niñez, a finales del siglo XIX tuvo el privilegio de ingresar a la Academia de artes plásticas de San Carlos y desde entonces se convirtió en un niño prodigio en distintas disciplinas visuales. Una de sus primeras influencias importantes fue el cubismo, técnica que desarrolló el célebre Pablo Picasso y que recibió durante su formación en países como España o Francia.
Con los hechos de la Revolución Mexicana, los regímenes e ideologías se transformaron en México y Diego Rivera ocupó un lugar importante al ser encargado de divulgar los hechos históricos a través de piezas murales que plasmó en recintos como la Escuela Nacional Preparatoria (Anfiteatro Bolívar) y el Palacio Nacional y en espacios como el Hotel del Prado y hasta el Rockefeller Center de Nueva York.
Otro de los hechos relevante en la vida de Diego Rivera fue su cercanía a otro de los más relevantes y polémicos personajes del arte mexicano del siglo XX: Frida Kahlo.
Rivera murió el 24 de noviembre de 1957, a la edad de 70 años en su casa de San Ángel, que hoy por hoy alberga al Museo Casa Estudio Diego Rivera. Su cuerpo fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres, en el Panteón Civil de Dolores de la Ciudad de México.
Los ejemplos visuales que se muestran están influenciados por el legado de uno de lo más importantes artistas visuales, mexicanos, capaz de definir muchos de los componentes de la tradición país de este país e influencia de muchos creativos de la imagen alrededor del mundo.
