Uno de los grandes dilemas y conflictos del diseñador es cuando los clientes no paran de pedir repetidas revisiones. Cuando se diseña para un cliente, generalmente se quiere que este sea muy feliz con el resultado, pero es el mismo cliente quien en la mayoría de las ocasiones va demasiado lejos y hace de la vida del diseñador un infierno.

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Cuando se empieza un proyecto, rara vez tiene en la cuenta de la cantidad de horas que se invertirán en la creación. Es divertido y agradable al principio, que puede ir mal cuando se te paga por hacer lo que más gusta. Pero los clientes que solicitan la revisión después de la revisión pueden ser una tensión real en los diseñadores. Pueden destruir la motivación y drenar las ideas creativas del proyecto.

Es un hecho que no se puede complacer a todo el mundo, no todos los clientes son fáciles o algunos son demasiados molestos, aún cuando se trabaja para amigos. Muchos de éstos carecen de un buen ojo para la creatividad, por lo tanto dictan a su gusto lo que creen que se ve mejor o conviene.

Para evitar a esos clientes que aman las citas para revisar, modificar y pedir innumerables cambios, aquí te damos siente consejos:

01. Ir lento
Al iniciar cualquier proyecto de diseño lo mejor es tomarse un tiempo e ir a un ritmo suave. De esta manera cuando el cliente pida una revisión no habrá tanto que mostrar ni cambios que ejecutar pero sin mostrar desinterés del trabajo. Lo mejor es planificar de forma profesional para ganarse el respeto y menos cambios. Si se muestra todo en la primera revisión, puede que todo sea destruido.

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02. Tener motivación e inspiración
Antes de comenzar cualquier proyecto siempre se necesita estar motivado e inspirado. La falta de estos elementos clave deja el diseño en lo mediocre. Con el fin de obtener mejores ideas originales, lo mejor es tratar de buscar en internet, leer un libro, caminar por la calle o garabatear algunos bocetos con papel y lápiz.

03. Poner fechas
A través de la planificación de una serie de revisiones de antemano ayudará al cliente a definir sus ideas mejor sabiendo que hay un límite. Hay que ser muy específicos y dejar todo en claro por escrito.

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04. Dar al cliente tiempo de revisar
Cuando se exponen las ideas iniciales a los clientes, es muy posible que se obtenga una respuesta inmediata de ellos acerca de lo que gusta y no gusta.
Es necesario dar al cliente un poco de espacio para evaluar el trabajo para que pueda pensar en los cambios que está buscando. Este paso dará lugar a una clara comprensión acerca de lo que el cliente realmente quiere.

05. Mantenerlos informados sobre el proceso de Diseño
Muchos clientes no entienden el proceso de diseño y no están al tanto de los pasos generales que deben tomarse. Es parte de la labor del diseñador comunicarse con el cliente sobre el proceso de diseño para que no haya malos entendidos en el camino. Hay que recordar el número de revisiones que les queda. Comunicación ante todo.

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06. El diseño es subjetivo
Si el cliente no elige la propuestas referida y la deja fuera del grupo no tiene sentido discutir sobre ello, porque todo se reduce al gusto personal. Como diseñador hay que aceptar el hecho de que no todo el mundo elige el diseño correcto y seguir adelante.

07. Decir No a Clientes negativos
Por último, si se trabaja con un cliente negativo, esto también puede ser perjudicial para el proceso de diseño. Los clientes también tienen que participar y explicar lo que buscan en detalle. Si se encuentra con un cliente negativo que pide revisiones irreales repetidas, lo mejor es tirar la toalla.
Los clientes negativos quitan tiempo y provocan la pérdida de confianza en las capacidades a la larga.

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