Corre, dijo la tortuga, atrévete, dijo el cobarde, estoy de vuelta dijo un tipo que nunca fue a ninguna parte, sálvame, dijo el verdugo, sé que has sido tú dijo el culpable.

No me grites, dijo el sordo, hoy es jueves, dijo el martes, y tú no te perfumes con palabras para consolarme, déjame solo conmigo, con el íntimo enemigo que malvive de pensión en mi corazón.

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El receloso, el fugitivo, el más oscuro de los dos, el pariente pobre de la duda, el que nunca se desnuda, si no me desnudo yo, el caprichoso, el orgulloso, el otro, el cómplice, el traidor.
A ti te estoy hablando, a ti, que nunca sigues mis consejos,
a ti te estoy gritando, a ti, que estás metido en mi pellejo,
a ti que estás llorando ahí, al otro lado del espejo,
a ti, que no te debo, más que el empujón que anoche, me llevó a escribir esta canción.
No mientas, dijo el mentiroso, buena suerte, dijo el gafe, ocúpate del alma, dijo, el gordo vendedor de carne,
pruébame, dijo el veneno, ámame como odian los amantes. Drogas no, dijo el camello, cuanto vales, dijo el gangster,
a punto de rendirme estaba, a un paso de quemar las naves, cuando al borde del camino, por dos veces el destino me hizo un guiño en forma de labios de mujer.
¿nos invitas a una copa?, yo te secaré el sudor, yo te abrazaré bajo la ropa, ¿y quién va a dormir conmigo?, ni lo sueñes, contestó, una indignada, y otra encantada, no dijo nada y sonrió.
A ti te estoy hablando, a ti, que nunca sigues mis consejos,
a ti te estoy gritando, a ti, que estás metido en mi pellejo,
a ti que estás llorando ahí, al otro lado del espejo, a ti, que no te debo, más que el empujón que anoche, me llevó a escribir esta canción.

¡Sí a ti!

No quise sacar nada de la canción, eludí la posibilidad de manipular el mensaje que tan bien Joaquín Sabina escribió con la firme intención de despertar, despabilar y por qué no desafiar.

Te preguntarás seguramente el por qué de esta canción, posiblemente te sorprenda pero este espacio, este portal, la realidad de época necesita despabilar de la apatía y vulgaridad en la que estamos sumergidos.
PAREDRO produce información, tiene colaboradores y propone hablar de diseño, con nuestras posibilidades, con nuestros aciertos y defectos. Debajo de las notas hay un lugar, para opinar, comulgar o denostar lo expuesto y eso está muy bueno.
Ese espacio es tuyo y nuestro y debemos dar gracias a que existe, si está vacío no hay comunicación, no hay participación y te aseguro que cuando ese diálogo no fluye no se producen grandes cosas ni transformaciones.
El diseño está más representado por tu opinión que lo que podamos decir o hacer nosotros en cada salida.

Me dieron la absoluta libertad de escribir sobre diseño y comunicación, y hoy escribo desde ese mismo y exclusivo mandato. Quiero dialogar en tiempo de valores que hagan a nuestra profesión.
Escribo cada semana con la firme idea de despertar algo genuino en vos, que te aporte a un proceso formativo, una manera de ir a contramano de las cinco simplistas formas de alcanzar el diseño, en la que observo te ves seducido y paralizado como una liebre a la luz en la oscuridad.

Entiendo que hay una sobreoferta de información, que podríamos decir que abruma, cansa y hasta por momentos confunde.
Sé también que estamos en una profunda transformación pero eso no nos exime del no compromiso, al menos con algo que muchas veces autodenominamos “pasión”.

Sé y asumo desde el lugar que hoy me toca, como un generador de contenidos, que la venta de humo en la materia es muy grande, soy crítico de todo esto en cuanto puedo, voy contra el consumismo por desesperación y a la venta oportunista del vaso de agua al sediento.

Me sería imposible mentirte y mucho menos decirte como debes hacerlo. La construcción profesional cada uno la vive y la hace como puede. Las palabras propias pueden ser mapas orientativos, pero el camino siempre lo debe hacer uno con sus miedos y con sus dudas.

Si de algo estoy convencido es, que si lo que vemos parece simple seguro forma parte de un proceso complejo, que lo rápido no sirve y si es lento necesita siempre un norte para saber bien a donde se quiere llegar.

Ser diseñador nunca fue fácil y en cada generación existieron ventajas y desventajas para lograrlo.
Hoy tenemos internet, herramientas que democratizan el hacer, foros de debates, foros de consulta, medios especializados y profesionales con los que nos podemos comunicar casi cara a cara.

Tenemos todo para sorprendernos, por eso estoy seguro que te estoy hablando a tí, al que llora porque siente que le han mentido, que le han vendido algo que se diluyó como arena en sus manos y para ver si en una segunda oportunidad vestido de freelance se dé la posibilidad de ser parte de este juego.
También estoy más que convencido que me estoy hablando a mí, al que está metido en mi pellejo, al otro lado del espejo, ya que no te debo más que el empujón que anoche, me llevó a escribir.

El primer mail decía “hola mundo” y en cada salida pienso en lo mismo, en decir hola mundo y que del otro lado alguien responda un simplemente “hola” para devolver el más sentido y generoso “¿cómo estás?”.

Al menos de eso se trata la comunicación. Chau!