Carlos Rico

En su columna de esta semana, Carlos Rico hace intersantes reflexiones.

Sin importar la edad que tengas no dejes que llegue la hora de cantar la última serenata. Arriésgate y vive.

(Re) definición de una pobre sociedad

Caminando por un pasillo escucho a una persona que está invitando a pasar a una plática. No le doy importancia alguna mientras pensaba mis pendientes para ese día. Trabajos de clientes que entregar. Pero primero ir por el respectivo café del miércoles por la mañana. Un poco de cafeína al cerebro para que fluyan las ideas. Al salir por las escaleras pintadas de lluvia, un amigo me pregunta que si iba entrar a la plática. Le comenté que no, pero bueno “¿de que se trata? Le mencioné. Él me responde “de una mujer ciega que es fotógrafa”.

Dibujos aparecen en papeles reciclados. Las primeras fotografías son en blanco y negro emitidas por el ultra sonido. Las siguientes imágenes son capturadas cuando estás con Mamá viéndote en la cama del hospital y tu con ojos cerrados. Las paredes destellan tus imágenes. Si tan sólo las paredes hablaran, habría una gran historia que contar en eso que llamas hogar, historia que inicia así.

El cliente está acostumbrado recibir un “sí” como respuesta, pero recuerda que no eres capaz de hacer lo que ellos te piden que hagas, sino algo mejor.

Con mentalidad creativa, sustentable y con optimización económica se puede a tener un espacio de alto rendimiento y de gran placer visual y funcional.

Quiero presentarme, pero no sé por dónde empezar. Tengo muchos años de edad, mis padres ya fallecieron y, mis hermanos queda uno por'ay. La verdad es que he vivido tanto que no recuerdo mi fecha de nacimiento exacta, pero sí les digo que fue por ahí de la época prehispánica.

El consumidor tiene la iniciativa acechada por sus necesidades básicas, sin querer quedar bien con las necesidades sociales.

Antes y durante el siglo XVII Los consumidores y clientes tenían una atención personalizada. Ejemplo, la necesidad de sentir calor en el frío invierno se esta satisfaciendo lo fisiológico. Lo que nunca Maslow pensó, fue que una misma necesidad puede alimentar las otras necesidades. Al protegerse del frío (necesidad de seguridad) también existe la satisfacción de la necesidad fisiológica (necesidad de supervivencia). No era necesario buscar que tenía o no tenía calidad en aquella época.