Carlos Rico

Bien dice el dicho que “una imagen vale más que mil palabras” y es verdad porque hay fotografías que parecen tener vida propia.

Bien planeado se hace el compromiso desde mas o menos un año antes. Empiezan las felicitaciones y la típica pregunta: ¿estás segura o seguro?. El vestido que alguna vez soñaste o viste en tu caricatura preferida.

Cada compra y decisión debe de alumbrar una emoción. Eso quiere decir que no importa el precio.

Diferentes historias se presentan en cada persona, muchos idean con la misma filosofía o son simpatizantes de un mismo género.

Es común hacer cosas que nunca has hecho. Quieres hacer la hombrada y decirle a tu cliente: “Sin broncas lo hago”.

El problema que tienes tú, yo y los demás mexicanos es que nos encanta criticar sin dar posibles soluciones. Que los vecinos del norte hagan y nosotros lo consumimos. Que los vecinos del sur deshagan lo que producimos.

El diseño estratégico no consta de la acumulación de personas de diferentes profesiones. Sino del respeto de dar y ceder.

Me encanta esa sensación cuando la sangre presiona el botón de nitro y bombea más rápido el corazón. De un momento a otro tu mente, panorama, ambiente, hábitat temporal era un gran desierto de Samalayuca. Ahora es un mapa de consecuencias y acontecimientos que me hacen sentir como en una juguetería. De un segundo a otro ese desierto tuvo una razón de ser. La dopamina (droga natural en nuestro organismo) es difícil controlarla cuando finalmente centralizaste los insights y viste que el desierto puede ser vendible.

Las voces del Elevator Pitch.

La improvisación de un solo y redoble cuando escuchas jazz es un vello más que se levanta de mi piel. La captación de los sonidos agudos y graves van ad hoc a lo que querías o pretendías sentir. Sentir. Muchas veces el sentimiento lo entendemos cuando estamos dolidos.