Tu responsabilidad como individuo es trabajar, ganarte todo lo que posees, alimentarte, vestirte y sostener el techo en el que vives y en función de ello es que realizas tu labor. Tus clientes viven seguramente de la misma manera y aún así es probable que te hayas topado con alguno que no está dispuesto a pagarte

1.- Garantiza la calidad de tu servicio, sé puntual con las entregas estipuladas y esmérate en poner lo mejor de tu creatividad… por lo general, los clientes satisfechos no ponen trabas al pago.

2.- Haz un contrato que permita a ambas partes establecer términos, beneficios y obligaciones. Los puntos tratados deben garantizar el pago del servicio.

3.- Solicita un primer pago antes de entregar avance alguno y aún -si lo consideras necesario- antes de comenzar a trabajar en forma.

4.- Sostén comunicación constante con el cliente. Tu cercanía garantiza un trabajo más fluido y tu presencia te coloca como alguien que sabrá reaccionar ante una dificultad como la negativa de pago.

Si aún así no existe un interés o compromiso por pagar…

5.- Aprende a negociar con el cliente y escucha sus razones… tal vez no tiene recursos pero los tendrá, o quizás hay algo que no le gustó de tu entrega y aun se puede resolver. La comunicación siempre es esencial.

6.- Detén tu labor si después de todo esto, el cliente se niega a pagar por el trabajo realizado.

7.- Cononce las especificaciones legales que te amparan en tu localidad para exigir el pago del cliente por el trabajo que has realizado hasta el momento, asesórate y acude con las autoridades.