En la era de la viralización hoy hay que tener muchos seguidores y hay que tenerlos ya! Nos obsesiona contar la cantidad de vistas que registran las cosas, llenar los portales de análisis de como hacer que tu caso o negocio goce de fortuna y fama.

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Te inflan la angustia de ansiedad mediática para describirte el éxito, recurrís a ver el contador de tu posteo y nada. Aumenta muy poco, seguís los pasos casi religiosamente y poco sucede. La decepción te inunda y te gana.

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Vayamos bien para atrás y repasemos la historia más viral de todas y el hecho más viral que tenemos a nuestro alcance, Jesús y el cristianismo.
No vamos a discutir si Jesús existió o no, no vamos a meter la cabeza en ningún lío teológico, simplemente vayamos al específico uso del cuento de la historia como paralelo para saber que debe tener nuestra idea, para al menos esperanzarnos con una viralización que en definitiva sólo persigue masificarnos y ser populares.

Primer paso. La idea
Debemos tener un personaje llamado Jesús al que consideraremos “la idea”. Por ahí la presión está puesta en que hay que tener una idea potente, pero quién puede decir que los supuestos éxitos son ideas potentes.
Por lo pronto elige una idea y una que te convenza.

Segundo paso. La prédica
¿Qué hizo, que a nuestro Jesús, se le prestara atención? Si el discurso de nuestra idea es sólido, creíble y llega en el momento indicado, obtendrá el interés de la gente y por acá, creo, pasa el corazón del éxito.

Tercer paso. El networking
Todo sucede en red y rodearte de buenos apósteles enriquecerá tu propuesta. Gente en la que confiar y potencializar las ideas es fundamental para llevar y hacer un camino de idealizadores de tu idea.

Cuarto paso. La visión
Clarificar las ideas, tener claro y sostener que si son trece que te siguen de verdad siempre será mejor que cientos que no sabes hasta donde le interesas. Es sabido que los refranes me encantan para explicar la idea y ese que reza “el que mucho abarca poco aprieta” se ajusta nuestro cuarto paso de maravillas.

Quinto y último paso. La paciencia
Perdón por la recurrencia a esta palabra pero es fundamental a la hora de lograr las cosas. Ser pacientes y confiar en nosotros y en nuestra idea hasta el momento de la crucifixión nos dará la mayor esperanza de éxito.

Mi rulo con este paralelo, se basa en un simple juego, pensemos por todos los escollos que nuestro Jesús ha tenido que pasar para ser la idea que es hoy, con miles de seguidores y una institución sostenida solamente por algo tan pero tan débil como la fe.

Un contrato no escrito por nadie, simplemente transmitido culturalmente entre pares. Si por un momento nos detenemos en la fragilidad embrionaria que sostiene la idea del cristianismo nos quedaremos paralizados. Empezaremos a ver que nos rodea una pobreza sideral que sólo puede ostentar millones de visitas vacías de contenido en muchos casos.

La vida efímera está a la hora del día, el consumo masivo repentino parece espuma de gaseosa que llega al borde del vaso para desvanecerse de inmediato.
Consideremos a la viralización con más respeto y no como una pandemia que llega, hace estragos y ya.
Hagamos y construyamos un futuro más responsable sostenido en ideas que puedan quedar para nuestras generaciones próximas.

Seamos populares, pero ante todo seamos creíbles.
Amén