Philadelphia (Estados Unidos).- La ciencia y la tecnología, avanzan a pasos agigantados y es por eso, que no es de extrañar que, cada vez, nos veamos sorprendidos por iniciativas como la que ha presentado la artista Heather Dewey-Hagborg, interesada tanto en la expresión artística como en la investigación científica y que ha logrado unir ambas en “DNA Portaits” (algo que se podría traducir como “Retratos de ADN”).

Esta colección se compone de una serie de retratos en 3D obtenidos a través de muestras anónima que la gente va dejando en la calle, como pueden ser colillas, pelo y chicles masticados (entre otros) y que esconden muchísima información sobre quiénes y cómo somos.

Las muestras se recogen con sumo cuidado y se toman imágenes y, además, se dan datos del punto exacto de recogida. Una vez que se analiza el material en un laboratorio, se obtienen datos de ADN que hablan sobre la ascendencia racial, el género, el tamaño de la nariz, el color de la piel, el color de los ojos y, así, un largo etcétera.

Los datos se introducen en un software que los compara con el resto de material genético que compartimos con el resto de humanidad y a través de una impresora en 3D se obtienen unas máscaras tan realistas como las que se muestran en este vídeo.

Stranger Visions 2015 from biogenfutures on Vimeo.