El campo creativo del diseño, el área donde las ideas y pensamientos se traducen en nuevas creaciones gráficas y de comunicación, puede retomar a la perspicacia como posiblemente una de las cualidades más importantes para la creatividad, donde la capacidad de negociación y articulación de soluciones en conjunto cobra gran valor.
Y no es para menos; la publicidad, el diseño, la dirección de arte y todo el entorno profesional donde los creativos habitan, viven día a día con el constante peloteo de ideas y propuestas que deben desenvocar en soluciones integrales de comunicación, y que además deben gustar a muy diversos actores del escenario: planners, directivos de empresas, brand managers y encima de todo, el diseñador debe entablar pleno entendimiento con la dirección que se le plantee, para que su ejecución sea digna y adecuada con lo que se pide como lineamiento.
La importancia de saber comunicar ideas y nuevas vertientes creativas estriba mucho en los procesos internos del profesional, sin embargo lograr transmitir propuestas hacia los diversos campos publicitarios, no siempre es un “don” del cielo, aunque si una capacidad que se puede trabajar.
Y en ocasiones las soluciones de los encargados de áreas creativas, no son comprendidas plenamente, o por lo menos puede ser complejo saber dónde y de qué manera fundamentarlas, y es aquí donde cobra mucho valor comprender una cualidad del perfil de la gente creativa: la perspicacia.
Malcolm Gladwell, autor de “inteligencia intuitiva” (y curiosamente autor de referencia para el ceo de Saatchi & Saatchi: Kevin Roberts) comenta la importancia de confiar y saber entrever lo delicado y frágiles que pueden ser las semillas de razonamiento inconsciente (un dato muy relevante para los campos creativos) ya que muchas de las ocasiones algunas ideas creativas y propuestas de comunicación nunca salen a la luz debido a que tienen una “chispa” de intuición y suenan como meras “corazonadas” de diseñadores, creativos y directores de arte.
¡La importancia de dejar fluir las ideas!
Gladwell menciona: “En el caso de un problema de lógica, solicitar una explicación no merma la capacidad para dar con la respuesta sino que, por el contrario, en algunos casos resulta útil”. Y aqui viene la idea en favor del campo de la creatividad: “Pero los problemas que exigen un destello de perspicacia se rigen por otras reglas. «Es similar a la paralización que el análisis provoca en el ámbito deportivo» afirma Schooler. «Cuanto se empieza a reflexionar sobre el proceso, se socava la propia capacidad. Se pierde fluidez. Hay ciertos tipos de experiencia fluida, intuitiva, no verbal que son vulnerables a este proceso».”
Aquí es donde la libertad, la fluidez y espacio para la creatividad y el razonamiento que puede tener un discurso de las áreas creativas etiquetado muchas veces como “emocional” e “irracional” puede encontrar respaldo y justificación, para planteamientos y soluciones novedosas de comunicación.
Y es que no es una novedad las diferencias que se pueden encontrar entre los campos estratégicos y los creativos, por un lado se fundamentan ideas y planes para crear “puentes” de comunicación con el cliente, logrando una “cantidad de impactos determinados” en “ciertos horarios” y “medios”, cuando por el otro lado se encuentran los campos de las interpretaciones y correlación de elementos que “conversan” con las emociones de los consumidores, emociones que actualmente pueden ser “medidas” por herramientas del neuromarketing como el Neuro-trace, pero que en el fondo, los hilos del inonciente del consumidor se muestran complejos y por lo tanto las posibilidades de solución sería bueno evitar limitarlas.
Tampoco se propone crear sin pensar, únicamente dar espacio a la inspiración, pero si el dar espacio y libertad a los campos creativos en la propuesta de ideas y soluciones, ampliar el panorama en la profesión y entender a manera de boceto lo importante que es cuidar y dejar florecer los procesos creativos del medio.