David Alfaro Siqueiros fue sin duda uno de los grandes muralistas mexicanos que durante el siglo XX ayudaron a consolidar muchas de las directrices de la cultura en México durante el siglo XX.
Nació el 29 de diciembre de 1896 en Camargo, Chihuahua. Fue cercano a Diego Rivera y hacia 1921 tenía ya una actividad cultural y artística importante desde Europa. Desde ahí concibieron el arte monumental para mostrar los hechos más importantes de la historia y la vida nacional.
Fundó el Sindicato de Pintores, Escultores y Grabadores Revolucionarios e México y desdeñó el arte pictórico de caballete tradicional bajo el argumento de que era limitado a unos cuantos espectadores e impulsó el muralismo como una manera de acercar el arte a las personas y grupos sociales más desfavorecidos.
Se alejó, a lo largo de su carrera creativa, de los entes del poder y criticó al sistema al punto de señalarlo como indigenista, pero sin verdadero compromiso social. Sus ideas comunistas y sus ideas contestatarias provocaron que en diversas ocasiones pisara la cárcel y se le considerara como un preso político, su participiación activa en el Movimiento de los Ferrocarrileros de finales de los años cincuentas fue la razón principal por la que vivió largos periodos en la penitenciaría de Lecumberri, en la Ciudad de México.
Los trazos de su obra develan un estilo nacionalista que integra al realismo con elementos practicos semi abstractos. En su labor muralista utiliza la pistola de aire y ello le brinda grandes ventajas técnicas que lucen en muchos ejemplos de su obra no sólo en México, sino en diversos lugares del mundo.
En Colegio de San Ildefono o en el propio Poliforum que lleva su nombre, ambos sitios ubicados en la capital mexicana, es posible apreciar sus trazos y proyectos en bellos murales que relatan hechos importantes de la historia de México con una crudeza y manejo del color capaces de evocar sentimientos muy profundos.
