Sí, a la fecha nos sigue pasando: tener al cliente que nos dice “fúmate algo y a ver qué se te ocurre”, y “me traes ideas padrísimas, originales, modernas” y un sin fin de términos que definen lo que quiere reflejar o lo que quiere comunicar o transmitir lo que sea… muchas veces con un brief, muchas veces sin él.
Es muy probable que nos vea tal como somos, o como eres, o como soy. Y me pregunto: ¿Qué tanto llevamos el “caos” que traemos en la mente a su entendimiento que casi siempre es formal (sí el del cliente)?, ¿qué tanto dejamos de insistir en ser diferentes cuando interactuamos con otras disciplinas?
Disciplinas que generalmente son mas formales, normales, estructuradas, llenas de procesos, de pasos, de reglas, de objetivos, de metas. (cuando nosotros no tenemos ninguna de estas, es más, ni siquiera un plan de vida como muchos de ellos que sí).
¡Actuar es parte de presentar una buena propuesta! Tener una cierta postura que nos saque del “cliché” de cómo se presenta un “creativo” siempre suma. Entender cuál es el mundo de quién vamos a exponernos o cómo vamos a exponernos es, repito, parte escencial de lograr una percepción.
No soy quién para decir cómo, pero sí que hay mil maneras de manifestar lo que queremos presentar aparte del soporte de nuestro proyecto (cualquiera que sea). Llevarlo “de lo informal a lo formal”, siempre me gustará decirlo.