Design thinking es un concepto que representa a una metodología de innovación surgida en la década de los 90, pero ahora que tiene un verdadero sentido que posee grandes beneficios para la creatividad y el marketing.

Si bien nació del diseño gráfico, el design thinking es un método que no se limita a la creatividad visual, sino que se puede aplicar en todo proceso creativo de marketing, desarrollo de proyectos,  negocios, creatividad en lo general y muchos más aspectos más de la vida -incluso- cotidiana.

Guillermo Pérezbolde, director general de la agencia creativa Mente Digital, abordó este tema durante su participación en el segundo día de actividades del Congreso Nacional de Marketing Digital, que se llevó a cabo en Expo Santa Fe, Ciudad de México.

Pérezbolde afirma que el design thinking es, propiamente, “una metodología científica que se basa en las herramientas del diseño para desarrollar productos. Este método es fácil de trasladar a otros procesos creativos para obtener beneficios múltiples que se enfocan en la innovación y se centran en  el ser humano”.

En todo proceso de trabajo existen tres tipos de problemáticas:

1.- Problemas conocidos. Aquellos que  se saben resolver y se conoce la manera de hacerlo.

2.- Problemas desconocidos/conocidos. No se cuenta con mucha información acerca de ellos, pero se puede tener una idea de cómo resolverlos.

3.-  Problemas desconocidos. No hay noción de ellos ni se sabe la manera de solucionarlos.

Para comprender el método que el design Thinking lleva a cabo en su búsqueda de soluciones, Guillermo enumera sus cinco etapas primordiales:

1.- Empatizar: ponerse en los zapatos del otro, entender al público con todo detalle y conocer sus necesidades.

2.- Definir: comprender la necesidad del cliente o de las audiencias para poder ofrecerles lo que necesitan.

3.- Idear: es la etapa en la que surgen las lluvias de ideas y se desarrolla el proceso creativo para generar las soluciones que respondan a la necesidades del publico.

4.- Prototipar: desarrollar algo que puede funcionar y puede ser utilizado.

5.- Evaluar: esta etapa sirve para determinar si la propuesta que se formuló realmente funciona.

Guillermo Pérez Bolde asegura que “brincarse alguna de las etapas de este proceso no ayuda, la idea es desarrollar una trama científica de creación, la cual, como su naturaleza de ciencia lo indica, requiere seguir sus pasos específicos”.