Deben trabajar en equipo pero muchas veces parecerían tanto en actitud como en aptitud polos opuestos. Originalmente pensaba en los impresores como “el enemigo” , específicamente porque siempre colaboran muy estrechamente con el diseñador. De una lado, el diseñador se queja mucho que los impresores no sacan el trabajo como deben, que se tardan, que los hacen quedar mal, que le roban a la mala el trabajo a los diseñadores incluyendo el diseño en el costo de impresión y que se ponen muy exigentes al momento de recibir los archivos. Los impresores, por su parte, se quejan que los diseñadores son muy flojos, que no saben entregar los originales correctamente, que piden cosas muy fuera de la realidad y quieren que no se les cobre un peso de más. A veces unos tienen la razón y la siguiente vez los otros. Sin embargo, con todo eso, yo veo una pelea menos visible pero más agresiva entre diseñadores y mercadólogos. Aquí mis razones.

1. Diseñadores y mercadólogos son profesiones licenciadas. Los mercadólogos tienen clases de diseño y los diseñadores tienen clases de mercadotecnia. Lamentablemente veo a muchos mercadólogos haciendo diseños y ser más independientes en sus trabajos que los diseñadores. Platicando con un profesor de merca, me decía que su labor era enseñarles a hacer folletos en InDesign y a crear sus propios logotipos de Illustrator. A final de cuentas, cuando se ejerce, el mercadólogo sabe hacer diseño (no al mismo nivel, pero lo sabe) y lo explota con sus clientes ofreciéndoles el producto. Los diseñadores solamente tomamos merca para aplicarlo a nuestros diseños.

2. Los mercadólogos tienden a subir más en la pirámide ejecutiva que los diseñadores. Es muy común ver a un mercadólogo como director de mercadotecnia que a un diseñador y por lo mismo, desde que inician ambos una carrera profesional, el mercadólogo siempre verá al diseñador como un ejecutor de sus ideas y por debajo de él. De alguna forma es una organización natural, ya que efectivamente el diseño tiende más a volverse aplicativo y visual, mientras que mercadotecnia parte de una base estratégica e intangible. Los diseñadores comunmente no nos comprometemos tanto hacia afuera de nuestra profesión. Diseñamos y no queremos saber de juntas de planeación o administrativas. Un poco culpa de la escuela, un poco culpa de nosotros.

3. Los diseñadores no somos ejecutivos ni hablamos de ventas. Nos vemos siempre de jeans, con playeras “cool” y sobreros raros. Lamentablemente esta parte creativa nos ha encasillado más como artistas que ejecutivos. Quizá nunca vestiremos de traje, pero ello no nos quita hacer lo mismo que un mercadólogo cuando busca trabajo: ir presentable con el cliente, hablarle en su propio lenguaje, conocer su empresa y ofrecer soluciones de diseño que le aporten valor económico. Una “solución de diseño” no es siempre lo que comprará el cliente. En mi caso personal, me ha sucedido ésto, he visto perder cuentas que caen en manos de mercadólogos proponiendo lo mismo, pero con enfoque digiridos más a ventas y resultados que a soluciones tangibles, como un espectacular o un folleto.

Cuando me refiero a que un mercadólogo es enemigo del diseñador, tiene más que ver con un campo de batalla común en el cual transitamos ambas profesiones. No es para ver quién es el mejor, sino para que los diseñadores logremos reconocer nuestras debilidades y fortalcerlas de manera consciente.