Si bien antaño solía predominar el diseño de contenidos visuales para su impresión en soportes físicos, la tecnología abrió las puertas al mundo digital y vale la pena conocer en qué se diferencian y dónde convergen ambas modalidades creativas.
Logotipo
Impreso (I): Necesita solidez y definición.
Digital (D): Puede adquirir movimiento para obtener dinamismo.
Carta de presentación
I: Tarjeta de presentación que hoy puede contener, impreso, un código QR.
D: Firma electrónica, que se coloca en cada envío a través de la web.
Envío de información
I: Encarte (información que acompaña una publicación), envío postal.
D: Newsletter
Color
I: CMYK es modelo de aplicación color para impresión (Cyan, Magenta, Yellow y Key).
D: RGB para impresión digital con base en los colores (Red, Green, Blue).
Modalidad de publicación
I: Revista, libro, periódico.
D: Blog, revista electrónica, e-book.
Tipografía
I: Serif para no perder la línea de lectura.
D: Sans Serif para no “recargar” la imagen en pantalla.
Resolución
I: DPI Puntos por pulgada.
D: PPI Pixeles por pulgada.
Tipo de archivos
I: TIFF, formato de archivo informático para almacenar imágenes de mapa de bits.
D: GIF, que propicia la animación de imágenes y SVG, que permite el uso de vectores y evita problemas de calidad de imagen.
Formato idóneo
I: Diagramación y jerarquización de elementos visuales.
D: Diseño responsive o adaptativo para cada tipo de soporte electrónico.
Alcance y distribución de contenidos
I: Local o regional por su condición física.
D: Global, gracias a las posibilidades de internet.