En el camino del desarrollo de cualquier profesional de la de la imagen hay procesos en los que la formación académica es fundamental, pero la escuela no te ayudará a resolver cada uno de los problemas con lo que vas enfrentarte en tu carrera.

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A continuación te recordamos diez aspectos del diseño y la creatividad visual que seguramente no aprenderás en la escuela.

1. Cómo usar photoshop y otros programas de diseño
Dominar los diferentes programas para diseñar en formato digital realmente se logra con el tiempo, la experiencia y con la disponibilidad de aprender. Analizar este tipo de programas en la universidad es muy básico, no todo el tiempo se tiene acceso a una computadora, además de que el tiempo de clases es muy corto. Actualmente si un diseñador no sabe utilizar Photoshop, InDesign o Illustrator es dejado fuera de la contienda para conseguir un trabajo.

2. El proceso verdadero de un trabajo de diseño
La experiencia laboral supera por mucho a los conocimientos teóricos que se adquieren en la escuela. Debes investigar las condiciones actuales de la industria, aprender sobre los diferentes métodos de impresión, contactar proveedores, visitar imprentas, organizar sesiones de foto y así sucesivamente irse superando, adquirir experiencia y conocimientos del mundo real. También es importante aprender sobre los procesos de negociación.

3. Saber vender tu trabajo
¿Alguien sabe cuanto cuesta un logotipo o cómo venderlo sin rascarse la cabeza? ¿cuál es el precio real de un trabajo de diseño? La mayoría de los diseñadores se enfrentan a ese problema al salir de la escuela. Muchas veces los contratistas o jefes quieren aprovecharse y hacer menos el trabajo de diseño. Un diseño es igual de importante que cualquier otro tipo de trabajo. El secreto está en saberse vender, adquirir experiencia y armar un buen portafolio de trabajo.

4. Mantenerse creativo
Todo profesionista dedicado a las áreas creativas debe estar preparado para la posibilidad de perder o bajar de nivel en cuanto a creatividad durante la vida adulta. Explora interminablemente todas las facetas de la creatividad que se puedan, desde ver más películas, armar rompecabezas, viajar, pintar, escribir, entre otras cosas, nunca se debe dejar de aprender y vivir nuevas experiencias. El factor sorpresa siempre debe estar presente en la vida de un diseñador.

5. Encontrar tu nicho de mercado
Darte a conocer como diseñador a través de tu trabajo es importante y algo que probablemente nunca te dicen en la escuela, encontrar tu estilo, tu voz y mostrar tu pasión por lo que haces, hará que la gente quiera trabajar junto a ti. En la universidad te ensañan marketing o comunicación, pero todo se centra en combinar los elementos necesarios y esperar a que las cosas den su resultado. No desesperar.

6. Hacer diseño llamativos
Inevitablemente un cliente siempre querrá cambios en un diseño y también es inevitable pensar que serán cambios para empeorar. En la vida real no diseña para uno mismo, sino para lo que el cliente pida, el estilo o sello pueden estar presente, pero al final, la decisión no es del diseñador. Si se tiene suerte, se trabajará con un cliente que estará en la misma sintonía y acepte de inmediato el trabajo.

7. Cómo dar un paso atrás
Puede sonar trillado pero es real. En el mundo laboral todo cuenta, sobre todo los detalles más pequeños, nadie tiene piedad de nadie. No todo es positivo y color de rosa, los clientes pueden tener una visión limitada sobre las cosas y nunca se debe jugar a lo seguro para mantenerlos felices. Los buenos trabajos no suceden por accidente, el hambre de crear un buen trabajo hace que se tenga éxito.

8. Aprender de los errores
Un poco de humildad no le cae nada mal a nadie, sobre todo por el largo camino que se tiene por recorrer durante la etapa de desarrollo profesional. La humildad no se enseña, sino se trabaja y se adquiere con el tiempo. Un buen espacio de trabajo necesita de personas que sean fáciles de trabajar, colaborar y compartir ideas, pero sobre todo de aceptar consejos y críticas. El ego de un diseñador debe saber ser controlado.

9. Evitar la autoindulgencia
Trabajar en diseño en el mundo real no es tan autoindulgente como en la universidad. En la escuela nunca se trabaja para un cliente real, pero si para uno mismo. Es importante que las universidades experimenten lo que es trabajar con clientes reales, cómo gestionar un proyecto y cómo gestionar el tiempo, ya que al entrar al mundo real se descubren cosas inesperadas con las que posiblemente no se esté preparado.

10. Elegir una especialidad
Pensar el tipo de trabajo que se quiere encontrar al salir de la universidad es un gran paso. Actualmente existen una gran variedad de especialidades en diseño. Se tiene que pensar y visualizar a futuro en lo que se quiere hacer para toda la vida, lo que se quiere aprender, para luego crear una verdadera carrera y una cartera de trabajo.

Señalización creativa, por  Laura Ruiz Hermosell