La casa productora de Mickey Mouse parece haber encontrado una fórmula para repetir el éxito que tuvo hace unas décadas, se trata del Disney Plagio, una forma de “autoplagio” que impide que existan violaciones a los derechos de autor, puesto que la empresa es la que los posee.

Hace unos días se reveló el tráiler del Live Action de “El Rey León”, la célebre película animada de 1994 y aunque la aceptación fue buena, algunos cuestionamientos surgieron: ¿Disney hará un remake de los clásicos de Disney? ¿Se le puede llamar acción real a algo que también está hecho con tecnología y que realmente no contiene ningún humano actuando? ¿Es o no plagio utilizar las mismas ideas de los creadores de las versiones originales?

Así que respondamos un cuestionamiento a la vez, sí, parece que Disney descubrió que los remake no sólo atraen a nuevo público, si no que la nostalgia motiva a muchos adultos a participar en las nuevas versiones.

Este nuevo experimento comenzó (sin contar la versión de 101 Dálmatas de 1996) en el 2010 con Alicia en el país de las Maravillasaunque la película tenía diversas modificaciones a la versión original, fue exitosa.

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Después de eso llegó “Maléfica” (2014) con su gran vuelta de tuerca sobre La Bella Durmiente; seguida de una más cercana a la versión animada que fue “Cenicienta” (2015), en esta ocasión la casa productora jugó a tener escenas similares y unas nuevas secuencias. Pero pronto descubrieron la clave del éxito, hacer una copia exacta de la historia, y eso lo lograron con “El Libro de la Selva (2016) y su gran CGI. Por lo que a partir de ahí decidieron mantenerse fieles al guión original, lo cual hicieron con “La Bella y la Bestia” (2017).

Por ello las nuevas producciones parecen repetir exactamente cuadro por cuadro las versiones originales y no sólo retomar ciertas escenas. Es el caso del tráiler de “El Rey León” que compararon el de 1994 con el de 2019.

Otra de las críticas es sí se puede llamar Live Action a una producción enteramente realizada por CGI, dicho término se utiliza para hacer referencia a las versiones que usan actores humanos para las nuevas versiones y, técnicamente, ningún animal actuó en la película, por lo que por esa parte pierde sentido llamarla de esa manera.

Ahora, la parte central de éste dilema ¿Disney está plagiando sus películas? Legalmente no, pero sí analizamos un poco entendemos que en 1994 existieron guionistas e ilustradores que trabajaron para la creación de la animación, como Irene Mecchi, Jonathan Roberts y Linda Woolverton (guión); Mark Henn, Rogers Allers y Barry Johnson (ilustración) que tuvieron que involucrarse con leones de verdad para crear y desarrollar a los personajes.

En la versión moderna y con esta fórmula de repetir la misma historia, se está utilizando otro tipo de tecnología que aunque sí requiere mucho esfuerzo y dedicación, no es la misma creatividad empleada anteriormente. Por ello los propios veteranos se sienten ofendidos puesto que no recibirán ninguna remuneración por reutilizar su trabajo y aunque les gustaría proceder legalmente, no les es posible porque Disney tiene los derechos de autor en conjunto de toda la película.

Personalmente me parece que aunque la nostalgia es gustosa, Disney desaprovecha la oportunidad de crear nuevos éxitos con el apoyo de la tecnología, además de actualizar la situación y los diálogos de los personajes con los nuevos temas existentes en la sociedad (cosa que intentó sin mayor gloria en “La Bella y la Bestia”). En Paredro nos interesa tu opinión y nos gustaría saber que piensas al respecto.