En los últimos meses Rusia ha destacado en medios internacionales por ser un país con normas muy rigurosas (el caso de las leyes anti-homosexuales), por el conflicto en Ucrania y otros hechos calificados de represión, pero como sucede siempre el arte siempre florece.

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Y en esta ocasión, el artista ruso Rustam Qbic se ha encargado de pintar un mural en la ciudad de San Petersburgo, luego de que recibió una invitación del Festival Casus Pacis, el cual se celebra en esa urbe.

El Festival se ha enfocado este año en la los esfuerzos anti-bélicos que caracteriza a los artistas que se expresan en nuevos medios y en la calle, además de que han aprovechado que este año se conmemoran los 100 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Por tales motivos, Qbic ha pintado un mural en el que se aprecian dos personajes encapuchados sin cara que están separados por un río, uno de ellos porta una mochila con una cerradura, mientras que el otro posee en una de sus manos un ave con un pico en forma de llave.

Tal parece ser que la representación del artista ruso hace referencia a los problemas separatistas y de alienación por los que atraviesa esa nación, pero más allá de eso la imagen posee una gran belleza armónica que cautiva a quien la contempla.

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