Un diseño de automóvil que rompió paradigmas en su época, sobre todo por la manera en que comenzó a ensamblarse, fue el Modelo T que Henry Ford introdujo en 1908.
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El Modelo T fue el primero que colocó su volante y control de mando en el lado izquierdo del vehículo. Su motor y la transmisión de velocidades fueron cerrados por primera vez y la suspensión adicionó un sistema de muelles.
Pero la más importante aportación que Henry Ford estableció con este vehículo fue su manufactura en serie a través de cadenas de producción masiva gracias a la introducción de maquinaria especializada.
A esta manera de trabajar se le denominó fordismo, que entre otras reglas de trabajo estableció las siguientes:
Aumento de la división del trabajo.
Control de los tiempos productivos del trabajador.
Reducción de costos y aumento de la circulación de la mercancía
Mayor poder adquisitivo de los asalariados.
Políticas laborales de acordes entre obreros sindicalizados y el patrón capitalista.
Producción en serie.
Henry Ford murió el 7 de abril de 1947, dejando este legado en los modos de la industria para generar mayor productividad.
