Por mucho tiempo el oso fue el rey de los animales, pero los jerarcas católicos de Europa se oponían a que se le rindiera culto, por lo que fue desplazado por el león. Pese a ello, hay quienes aún sienten afinidades con esa especie, como sucede con Abraham Poincheval, quien realiza un performance muy singular.

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En su más reciente trabajo, el artista francés decidió vivir dentro de un oso, sí, como lo has leído, Poincheval se encuentra en el interior de un oso.

No se trata de un oso real, sino de una escultura que el artista construyó con la ayuda de los museos de la Cacería y la Naturaleza y Gassendi. El oso está construido a la medida de Poincheval para que pudiera lograr sus propósitos.

La escultura, que está forrada con la piel de un oso negro de Canadá, cuenta con un espacio en su interior en el que permanecerá Poincheval durante trece días, para realizar su meditación.

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Durante su acto, el artista estará encerrado herméticamente, como una especie de hibernación, en la que estará leyendo. Además, comerá una dieta especial, que incluye platillos elaborados con lo que come habitualmente esa especie animal.

El artista busca “convertirse en el animal” a través de esta experiencia, pues Poincheval siente una identificación con este animal, al que los paganos le rendían culto en la época medieval.

El oso no sólo en Europa fue venerado, sino que para otros pueblos es una de las identidades totémicas más importantes.

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