Parece ser que todos estamos en búsqueda del diseño más impactante que podamos lograr, esa ejecución que el consumidor simplemente no podrá olvidar. También los que estamos en mercadotecnia buscamos que el diseño entregue resultados increíbles. Sin embargo, no dejamos al equipo de diseño y creativo trabajar, corregimos, agregamos, opinamos hasta el que el diseño se convierte en un cúmulo de opiniones. El diseño por comité es uno de los principales problemas con la forma en la que creamos contenido.
Lo que necesitamos es una claridad de objetivos, un líder que asuma la responsabilidad honesta y transparente de la intenciones de un proyecto, alguien dueño de la “última palabra”. No digo que no pueda equivocarse un líder, pero al menos habrá claridad. Al diseñar por comité (esa práctica extraña en la que todos opinan) muchas veces acabamos con resultados poco deseables, es sano no estar de acuerdo y pelear por que se privilegie la comunicación. El problema del diseño por comité es que muchas veces se prefiere estar bien con el grupo dentro de la oficina que con el consumidor, resulta políticamente correcto dar la razón al jefe aunque no convenga necesariamente a los objetivos comerciales, de branding o estratégicos del producto.
Si estás encargado de un proyecto que esté envuelto en esta mecánica resulta útil crear una lista de tomadores de decisión y sólo entenderse con ellos. También he aprendido que comenzar con una lista aprobada de objetivos puede hacer toda la diferencia, con preguntar a cada actor del proyecto que espera obtener se logran maravillas.