Llegar tarde por quedarnos dormidos no debería ser algo tan malo, en tal caso los médicos y neurocientíficos hablan de las virtudes y necesidades de descansar bien, ya que el acto de soñar podría mejorar la memoria, estimular la creatividad y mejorar la planificación futura. Los resultados de nuevas investigaciones están determinando eso.

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La memoria mejorada y estimulada por el sueño profundo nos puede aportar incluso un beneficio adicional, ayudar a imaginar y a planificar mejor el futuro.
Pero cómo explicar a los demás que en realidad estabas trabajando o mejor dicho, mejorando tu trabajo al quedarte durmiendo unas horitas más. A ciencia cierta en cualquier lugar que nos paremos nos será muy difícil explicar ya que la estructura social y cultural nos inculca que al que madruga dios lo ayuda. Si bien el refrán no está hablando de cantidad de horas dormidas deja muy en claro que el despertar es con el alba y no a medio día.

Científicos de la Universidad de Surrey, en Reino Unido, descubrieron que hay un gen llamado Período-3 que influye en la inclinación de tener vida nocturna o no. Y que hay dos versiones de este gen: una versión larga y una corta. Los que tienen la versión larga son las alondras, y la versión corta, búhos.

Por lo planteado nos encontramos con dos puntas bien definidas, una común a todos es que hay que dormir bien para poder mejorar nuestro trabajo neuronal y la otra razón bien cierta es que tu dormir se puede manifestar en la noche o en el inicio de la madrugada según el cronotipo que te haya tocado en suerte en esta vida.
Está claro que si eres alondra estás del lado de los buenos y si te tocó estar entre los búhos vas a tener que justificar tu cara de dormido con lo que nos dice la ciencia, al menos para ser visto como alguien que es parte del sistema.

Traigo este tema ya que el otro día en un muro de facebook preguntaban quién había permanecido más horas despierto para una entrega de un final universitario, dándole a la mayor cantidad de horas sin dormir como un hecho positivo y distinguido. Yo en los comentarios explicaba que era al revés, quién más horas había dormido era quién mejor estaba en tiempos de entrega y que el mito de entregas con muchos días sin dormir y largas jarras de café era lo que más mal nos representaba como diseñadores.

También ampliaba que nuestra profesión no puede depender de la inspiración y como actividad programática sigue un desarrollo pautado que mientras uno se ajuste a lo establecido, una entrega se debe realizar y sostener dentro de cierta anormalidad controlada.
Tengo muy claro, ya que pasé por muchos incendios de trabajo, que cuando la agenda se ciñe hay que compensar y seguro algo se perderá, pero de esto a hacer un culto y virtud de la ineficiencia estoy muy lejos.

Somos nuestro peor enemigo
Tomando lo rescatado científicamente, más lo que nos tocó en esta vida y si a todo le sumamos al quehacer diario sus razones y justificaciones nos iremos dando cuenta que al momento de una vida profesional, que juega con factores sumamente subjetivos, debemos construir y elaborar estrategias sobre nuestra propia persona, en conocernos bien y en saber nuestros límites y virtudes.
Parece un tema menor el saber quién soy, pero para el biotipo del diseñador a la hora de procesarse como tal lo entiendo como una pieza clave para nuestro desarrollo. A esto lo describo como nuestro peor enemigo por ser el más difícil de entender, afrontar y modificar.

Para no quedarnos dormidos
En una de las respuestas a mi comentario, alguien decía que por algo que te gusta hacer podés hasta no dormir por mucho tiempo. Calculo que esa persona a eso lo llamará pasión, yo lo entiendo como ese desfasaje entre la adolescencia profesional y el camino al ser profesional. Hoy se habla mucho de la pasión y de su ausencia en las nuevas generaciones, pero si no lo explicamos bien la pasión se convierte en algo tonto. Pasión no es tatuarse la palabra helvética en el ante brazo ni contarle al mundo que eres distinto porque llevás gorrito de lana rojo y gafas de vinilo las veinticuatro horas del día, pasión para mí es reconocer que te costaría muchísimo negociar lo que hacés y disfrutás por una oferta millonaria cash a cambio de no poder diseñar nunca más.

Volvamos a nuestro tema, si eres de los que les gusta más la vida nocturna seguro encontrarás tu lugar en el mundo y siempre hay nichos para desarrollarse, el tema es no ir contra la corriente y querer hacer vida de alondra cuando eres búho. Ahí, es lo que llamamos muchas veces tener estrategias y para eso no hay que quedarse dormido.

Por lo pronto puedo decir que soy más madrugador que noctámbulo y si de algo estoy seguro es que el diseño me quita el sueño, pero tengo enfáticamente claro, que necesito darle a mi vida más sueños, para poder diseñar mejor.

Que sueñen con los angelitos! Chau.