En el mundo de la creatividad visual y el branding uno de los principales retos está en desarrollar estrategias efectivas que permitan alcanzar los objetivos comerciales y de promoción de las marcas y para lograrlo es preciso identificar y priorizar los productos con mayor potencial, elegir adecuadamente al público al que van dirigidos y desarrollar las técnicas que propicien su posicionamiento.

El branding requiere del dominio de diferentes variables (producto, precio, distribución y comunicación) que permitan planificar el futuro de una empresa o institución y sus productos o servicios disponibles y al mismo tiempo facilitan el viraje en cualquier estrategia cuando esto es necesario.

El branding estratégico estudia las necesidades actuales y futuras de los clientes, encuentra nuevos nichos de mercado y sus diferentes segmentos potenciales y a partir de estos datos es posible desarrollar planes que permitan adquirir ventaja frente a la competencia y aportas verdaderos valores diferenciados.

El marketing, sin embargo, representa un terreno fértil en cuanto al correcto uso de sus técnicas y ello se demuestra porque pocos planes desarrollados por las empresas logran un éxito relevante si no tienen la asesoría de verdaderos profesionales de la creatividad.

Por ello, una necesidad imperante en el mundo de las empresas es responder con claridad a la siguiente pregunta: ¿Disponemos de una estrategia de marketing? De la respuesta afirmativa y contundente depende mucho del éxito o fracaso de las marcas.

Uno de los frenos más comunes que suelen encontrarse en el camino de responder afirmativamente a la pregunta que se ha formulado es la mentalidad a corto plazo que en la mayorías de las veces sólo garantiza un fracaso largo. Es el branding ejecutado con inteligencia el que va a determinar, a final de cuentas, el futuro de una marca.

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