Los directores de cine deben cuidar cientos de detalles en sus producciones, la fotografía es una de ellas y de vez en cuando -ya sea por inspiración, para reflejar un sentimiento o simplemente como tributo- las películas recrean pinturas clásicas de una manera tan sutil pero asombrosa.

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Recientemente mostramos una colección de éstas, pero son tan extensos los ejemplos que decidimos enumerar otras más a continuación:

Película: Metrópolis de Fritz Lang (1927)
Obra: La torre de Babel de Pieter Brueghel, el Viejo (1563)

Película: El Origen de Christopher Nolan (2010)
Obra: Escaleras arriba, escaleras abajo de Escher (1960)

Película: Psicosis de Alfred Hitchcock (1960)
Obra: Casa junto a la vía del tren de Edward Hopper (1925)

Película: Django desencadenado de Quentin Tarantino (2012)
Obra: El joven azul de Thomas Gainsborough (1770)

Película: Bajo la piel de Jonathan Glazer (2013)
Obra: Caminante sobre el mar de nubes de Casper David Friedrich (1818)

Película: El espejo de Tarkowski (1975)
Obra: Los Cazadores en la nieve de Pieter Brueghel, el Viejo (1565)

Película: Pasión de Jean-Luc Godard (1982)
Obra: La pequeña bañista en el Harem de Dominique Ingres (1828)

Película: Pozos de ambición de Paul Thomas Anderson (2007)
Obra: Joven desnudo frente al mar de Jean-Hippolyte Flandrin (1836)

Película: Cabaret de Bob Fosse (1972)
Obra: Retrato de la periodista Sylvia von Harden de Otto Dix, (1926)

Película: El Show de Truman de Peter Weir (1998)
Obra: Arquitectura al claro de luna de René Magritte (1956)