Un espacio cultural siempre es un reto, pues el público al que están dirigidos estos lugares son personas sumamente críticas y cualquier error puede ser objeto de comentarios severos, pero este no parece ser el caso de la nueva librería del Museo Británico.
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El estudio de Diseño Lumsden creó la tienda interior para ese destino cultura global y de hecho es el sexto espacio en el que estos especialistas han intervenido.
El lugar cuenta con 35 metros cuadrados distribuidos en un arco, se encuentra cerca de la icónica sala de lectura de la Gran Corte, misma que es un foco de atracción para los visitantes del todo el mundo, en su mayoría investigadores y académicos. Los visitantes pueden entrar y salir de la planta baja de la sala de lectura a través de la tienda.
El reto para el estudio fue acondicionar un espacio que se caracteriza por su longitud y su reducida anchura -sólo 3.2 metros de profundidad. Por lo que su diseño tuvo que responder ser sensible a la arquitectura icónica y para funcionar como una librería muy popular para los visitantes.
Pero eso no es todo, pues todos los elementos y accesorios fueron adecuados para visualizar más de 20 mil libros y almacenar un 2 mil más. Por lo que Lumsden tenía idea perfecta para conjugar los muebles de venta con la arquitectura.
Colocó una gran ventana que permitiera visualizar los artículos de la tienda, incluido un mueble con forma circular, de dos metros de diámetro, hecha de 300 libros, la cual muestra la selección de volúmenes y guías de investigación.
El interior de la tienda es elegante y sofisticado, pues incorpora una paleta de materiales de madera de roble natural, MDF lacado negro y gris de Corian destacado por bronce detallando y tabletops envueltos en cuero negro. Sin duda, Lumsden se han encargado de dar un toque británico moderno a este recinto cultural y que va de acuerdo al estilo de vida de la capital inglesa.
