Me cita el cliente para platicar de un proyecto. Se trata de un brochure que quiere mandar a hacer. Cotizo con la imprenta un folleto y me preguntan que si es un folleto o un tríptico. Este problema de comunicación no es nuevo, en sí.

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Comenzamos por saber que el término en inglés para folleto es «brochure», de ahí que muchos prefieren utilizar este anglicismo para referirse a la misma cosa. En cuanto a su definición formal, se refiere a un conjunto de páginas no muy extenso. Por extenso la UNESCO lo reconoce como 48 páginas o menos. Eso implica que un folleto puede tener la misma dinámica y formación que un libro o revista, pero con un menor número de páginas. Lo que no se especifica es a partir de cuántas páginas comienza a considerarse folleto.

Uno de los grandes mitos es pensar que un folleto está determinado por su forma física: el tamaño, forma, dobleces y suajes, pero realmente ésto no determina la verdadera esencia de lo que es. Un díptico, por ejemplo, es un folleto, lo mismo que un tríptico, tetráptico o político, igualmente no importa su está montado a caballo o cosido. El folleto se determina por el número de páginas (o caras) que posee.

En cuanto a la información, lo que lo define más adecuadamente es que se trata de un contenedor de información que no pretende presentarse a sí mismo, sino que lo hace hacia un tercero. Me explico. Un folleto sirve para anunciar un auto, para vender artículos de papelería o para armar un mueble, no está pensado para venderse a sí mismo, como sería una revista o un libro, que funcionan de forma autónoma.

¿Un catálogo es un folleto? Sí, al igual que un manual o un boletín. ¿un volante es un folleto? También, aunque quizá la mayoría de la gente no lo considere como tal.

Aún así, debemos pensar que cuando un cliente (que no es diseñador) nos pide un tríptico, estamos hablando de lo mismo, aunque muchas veces para él no implique esencialmente un folleto de 6 caras. Igualmente para las imprentas, cuyo formato es realmente lo que les importa, y para ellos hay una diferencia clara entre un tríptico y un folleto (aunque nosotros sabemos bien en qué consiste esta diferencia).

Así que la próxima vez que alguien te pida un folleto, dedícate a verificar que efectivamente estén hablando en igualdad de términos.

Design Lifer
Diseñador gráfico con maestría en diseño editorial por la Universidad Anáhuac y con cursos de Publishing en Stanford. Actualmente dirige MBA Estudio de Diseño, dedicado al diseño editorial, identidad y publicitario, además de realizar scounting y contratación de talento de diseño para diferentes empresas. Es profesor en la Universidad Anáhuac y la UVM. Le gusta la caligrafía, tipografía, la música y la tecnología.