Walter Elias Disney se puede considerar como un verdadero emprendedor e innovador de su tiempo, a pesar de los esfuerzos que culminaban en fracasos (como el robo de los derechos de Oswald el conejo), éste no se dio por vencido hasta crear uno de los estudios de animación más exitosos de la época, el cual hoy en día se convirtió en un gigante imparable.
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Walt creó varios estudios que no lograban el éxito hasta que en 1923, él y su hermano y su hermano Roy recibieron un contrato bueno para Disney Brothers Cartoon Studio, con ello comenzaron a producir sus primeras animaciones y dentro de éstas firmaban -literalmente- sus obras.
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Éstas primeras inscripciones son considerados los primeros logotipos del estudio, incluso hay algunos membretes con Mickey Mouse cuando se mudaron a Hyperion.
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El 16 de diciembre de 1929 se unieron todas las compañías creadas por los hermanos (Walt Disney Productions, Ltd.; Walt Disney Enterprises; Liled Realty & Investment Company, Ltd.; y Disney Film Recording Company, Ltd.) y surgió Walt Disney Productions.
Con ello se realizó un emblema que mostraba a un Mickey dibujando el nombre de la compañía, que más tarde daría lugar a la animación en que las letras se escribían “solas”.
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Este método se utilizaría en todas las películas y producciones aproximadamente desde 1931 hasta 1985, y como era una “firma manual”, ésta podía cambiar indistintamente, por lo que no existía un emblema tal cual.
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En 1985 llegó uno de los logotipos más memorables que han existido, el Castillo de Cenicienta, que se añadía a la firma que perdura actualmente y que tiene su propia fuente. Este pequeño diseño tenía como objetivo mostrar los avances tecnológicos de animación, meta que siempre ha tenido la compañía.
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En 1995, cuando Disney se alió con Pixar, éste último le realizó una versión del Castillo de Cenicienta en 3D, con animación y movimiento, además de colores detallados.
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Actualmente el logotipo se simplificó tan sólo a la palabra “Disney” con la característica tipografía, pero sin ningún tipo de ornamentos. La “D” es tan fuerte y reconocible que funciona como un icono sin necesidad de otros elementos.
